OPINION

Instagram, el sueño que nunca alcanzó la televisión

Instagram Paula Echevarría
Instagram Paula Echevarría
Instagram Paula Echevarría
Paula Echevarría, una de las celebrities españolas más activas en Instagram.

Instagram es la red social en alza. Sólo basta una foto o un vídeo para comunicarte con el resto del mundo. La compañía de Facebook no para de crecer y de incorporar nuevas posibilidades para que los usuarios interactúen más y, sobre todo, no paren de crear contenidos con los que engatusar a sus seguidores.

Así, además de la tradicional 'foto-galería' del perfil, se han incorporado las 'stories', "historias" instantáneas que sólo se mantienen 24 horas en el aire y que, después, desaparecen.

Filtros, emoticonos y máscaras hacen más creativa la aplicación. Son efectos especiales y grafismos con movimiento con los que el usuario puede aderezar sus vídeos sin demasiado esfuerzo. Simplemente jugando con su móvil. De esta manera, se incentiva aún más que el instagramer no cese en grabar y colgar multitud de contenidos de su vida cotidiana, ya sea para compartir con sus amigos -reales o virtuales-, sorprender a sus followers con una vida de ensueño y postureo o incluso para ligar con otras personas activas en Instagram.

La persona que tiene un perfil en Instagram ya no sólo es un usuario, también es un creador de contenidos que nutre la red social en la que se comercializa una rentable publicidad. Anuncios que son segmentados por los intereses individuales de cada miembro, que va dejando rastro sobre sus gustos en cada una de sus búsquedas e interacciones. Facebook sabe lo que nos gusta con fruición. 

El consumidor también es el propio creador de contenidos

Con estos mimbres, Instagram ha conseguido el sueño más rentable para un directivo de una cadena de televisión: no tener que invertir en contenidos, ya que es el propio espectador-consumidor el que los crea.  Y la compañía sólo tiene que monetizarlos con publicidad. 

Es un escenario que se repite en las redes sociales, también esencia del uso del propio Facebook, pero la diferencia de Instagram con Facebook y Twitter está en que ha centralizado su contenido como si fuera una ordenada y limpia parrilla de televisión. Hay dos canales, el timeline permanente de fotos o vídeos, y las stories instantáneas.

Todo está ordenado para que entre por los ojos con sólo un golpe de vista. El contenido se minimiza a la foto o al vídeo de duración limitada. No hay extensos textos, ni enlaces externos. El impacto visual se reduce a la imagen plasmada por el propio usuario. De hecho, la publicidad se cuela de igual forma, como si fuera una foto o un vídeo de un anónimo.

Son las nuevas formas de entretenimiento, donde el espectador de a pie ya no sólo es consumidor ahora, además, es el propio creador de los contenidos. Incluso las celebrities comparten su existencia a golpe de filtro "amaro". Los posados exclusivos para la revista 'Hola', Instagram los consigue gratis. Todos nos hemos rendido a la experiencia de la red social. No hay escapatoria. O te quedas fuera de juego.

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