En 1997, TVE apostó por recuperar el espectáculo de variedades dirigido por José Luis Moreno. Así nacía 'Risas y estrellas', embrión del recordado 'Noche de Fiesta'. Se trataba de una extensa gala compuesta de actuaciones musicales, humor, desfiles de moda, números visuales, globos cayendo del techo y mucho jolgorio en escena.
El ruido encima del escenario era crucial para que la audiencia sintiera que asistía a una gran verbena en sábado noche. Así, Moreno incorporaba gente a mansalva en el escenario. Tres cuerpos de baile y público en el plató al que se le empujaba a aplaudir todo el rato. La percepción de fiesta se multiplicaba. Más aún con los adjetivados guiones del propio Moreno, que vendían a cada artistas como si fuera el género 'me lo quitan de las manos' de un mercado ambulante.
Pero, a la vez, en esta ocasión, Moreno también incorporó unos exagerados letreros en pantalla, que pretendían contagiar ese tono que pretendía proyectar el programa de jaleo de una celebración del vamos a vivir la vida que pasa rápido.
De esta forma, puso en emisión distintos leitmotivs, uno para cada emisión, que invitaban a vivir locamente cada noche de fiesta. Toda una 'filosofía' de fiesta barata en forma de meme que aparecía a toda pantalla en el comienzo del show. Y, como buen meme, estas frases hechas contaban con un diseño gráfico horteramente pretencioso a toda pantalla.
Los letreros eran excéntricos, recargados y facilones. De hecho, serían carne de parodias y bromas en tiempos de redes sociales.
Pero cumplían su cometido: inyectar de mayor ritmo en la imagen de una emisión que triunfaba en audiencias y que aprovechaba unas técnicas de impactar en el ojo del espectador con prácticas que no difieren demasiado de las que se utilizan hoy: saturar de inputs de información con grafismo, rótulos y multipantalla las emisiones para que el interés del público no baje la guardia.
La única diferencia es que ahora se intenta organizar la pantalla con un poquito de mejor gusto. En 'Risas y Estrellas' también, lo que pasa es que los programas de José Luis Moreno contaban con otro tipo de sentido de la estética... Por eso aún no hemos sido capaces de olvidarlos: eran un meme antes del meme.
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