OPINION

'Juegas o qué': otro fracaso que plasma la crisis existencial de TVE

Juegas o qué, RTVE
Juegas o qué, RTVE

Por momentos, parece que en TVE alguien sigue pensando que su programación funciona igual que en los dorados años noventa y, como consecuencia, la cadena pública ha lanzando un nuevo show-concurso diario en sus tardes veraniegas. Se llama ¿Juegas o qué? y probablemente se ha lanzado tal propuesta en esa franja horaria porque este programa cuenta con todos los ingredientes obvios para las vacaciones estivales: cómicos y presentadores "sorprenden" a viandantes por plazas, playas, mercados y paseos marítimos del territorio nacional y les proponen participar en juegos a cambio de dinero. 

Y el programa no está mal, pues refresca la programación al sacar la televisión a la calle, mostrar la diversidad social y convertir en protagonista a la espontaneidad de anónimos.

Al frente del formato, diferentes presentadores para atrapar a diferentes perfiles de público. Cada uno de ellos comanda un tipo de prueba. La energía de Adriana Abenia, la comedia de Manu Sánchez, la reputación de Luis Larrodera, la juventud de Alberto Arruty o la veteranía de Teresa Sanchez son algunos de los rostros que componen un buen casting de comunicadores, con mucho más potencial de lo que este programa permite.

Estos ingredientes bien combinados podrían funcionar como formato desengrasante del verano si el espacio tuviera más picardía e intentara ser menos repetitivo, ya que suele repetir orden de las pruebas. Pero ¿Juegas o qué? no tira. Sus datos de audiencia son ínfimos, rondando el 4% de share.

Y uno de los problemas clave de su fracaso en cuota de pantalla es que no encaja en el horario de tarde al que se ha incorporado. TVE cuenta con una programación diaria desestructurada. El horario orgánico de ¿Juegas o qué? esta temporada hubiera sido más un 'access prime time', donde ahora está un zapping de vídeos de Youtube llamado 'Tvemos'.

¿Juegas o qué? hubiera inyectado producción de estreno al primer tramo del prime time en una época en la que el resto de cadenas tiran de reposición. Es más, este concurso despierta cierto grado aspiracional a una audiencia que empatiza, se enamora o ríe con estos concursantes callejeros. Pero, en cambio, 'Juegas o qué' se ha lanzado al vacío de unas tardes en donde La 1 necesita ganar influencia con el acontecimiento de la modernidad que rompe con los noventa.

Y eso no es ¿Juegas o qué?, con una línea visual que a priori remite a tiempos pasados y que es la antítesis de lo que necesita el porvenir de RTVE en plena crisis existencial, una cadena sin un proyecto que opta por el atajo de los parches que entierran las decisiones valientes de largo recorrido. Tardes que serían más relevantes si apostaran con paciencia por más televisión de autor y menos programa que huelen a enlatado.

Mostrar comentarios