ANÁLISIS

La emoción de Roberto Leal: mucho más que celebrar la victoria de Pablo Díaz en 'Pasapalabra'

Roberto Leal emocionado en 'Pasapalabra'
Roberto Leal emocionado en 'Pasapalabra'
Antena 3

Antena 3 ha compartido la reacción completa de Roberto Leal en el instante en el que Pablo Díaz acierta todo el rosco de 'Pasapalabra'. El presentador no se aguantó y se dejó llevar por una emoción transparente. En otra época, probablemente, el maestro de ceremonias debería mantener la mal entendida neutralidad de no compartir sus sentimientos en un concurso de estas características. Pero ya hemos superado esos protocolos de la rigidez que nos impedía ser como somos y, no menos importante, ser como sentimos.

Por suerte, en televisión es habitual grabar constantemente la señal de algunas cámaras en plató para disponer de planos descriptivos que enriquezcan el relato y a los que, tal vez, la realización en directo no llegue. Pero en postproducción se pueden recuperar. Como consecuencia, hemos podido ver toda la secuencia de Leal llorando de felicidad mientras Díaz celebraba su victoria. Y la imagen define el éxito de aceptación social del comunicador.

Roberto Leal es hogar. Su cercanía ha hecho más grande su profesionalidad. Una curtida trayectoria en la que ha ido creciendo, poco a poco, delante de nuestros propios ojos. Cada vez más cómodo, cada vez más seguro. Incluso para dejarse llevar en un plató con esa espontaneidad que te acerca más al público, porque no es parte del decorado. Al contrario, atesora y contagia la fuerza de la implicación con su trabajo.

Entregar el bote de 'Pasapalabra' también es decir adiós a dos concursantes con los que has compartido horas y horas de grabaciones. El fervor por el concurso va unido a que los participantes se mantienen en el tiempo y, a los realmente buenos, existe el margen de un maratón de meses para cogerles cariño. Más aún el propio presentador, que comparte horas y horas de grabación con ellos. Paradójicamente la celebración del triunfo también va combinada con lo conmovedor de una despedida.

Y, claro, Leal no ha podido esconder la emoción que supone para él tal momento que, también, ha sido especial para la audiencia. Pero, además, el vídeo con estas expresivas imágenes nos recalca que los grandes presentadores no son aquellos tan perfectos que ni tienen acentos ni se despeinan ni pierden la compostura, los grandes comunicadores son los que son generosos hasta para compartir sus sensibilidades con el espectador. Eso, antes se consideraba un síntoma de debilidad cuando es una cualidad para que el público sienta que eres de su equipo. Por eso mismo, Roberto Leal es uno de los nuestros.

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