OPINION

El emocionante reencuentro de 'Médico de Familia' y lo más difícil que ha logrado

Médico de Familia, reencuentro
Médico de Familia, reencuentro
Médico de Familia, reencuentro
La familia (casi) al completo.

Ni el regreso del humor de José Mota a La 1 (12.5%) ni la vuelta de Ninja Warrior a Antena 3 (12.3%) han podido con el último programa de la temporada de Mi casa es la tuya de Bertín Osborne (13.6%), que ha liderado una noche de viernes muy igualada en cuota de pantalla.

Telecinco se había reservado para la emisión de cierre de etapa del programa de entrevistas una de los encuentros más emocionantes con Bertín Osborne. Se trata de la entrevista de Lydia Bosch, que venía con sorpresa incorporada.

Reencuentro Médico de Familia
Momento del reencuentro

Bosch se reencontró con parte de sus compañeros de Médico de Familia, la serie que revolucionó la televisión. En su casa, bueno en realidad en la casa prestada por una amiga, aparecieron de forma escalonada Luisa Martín, Francis Lorenzo y, después, juntos, Isabel Aboy, Aaron Guerrero y Marieta Bielsa.

La fuerza del capítulo ha estado en que los que fueron niños en la serie se reencontraron literalmente con Lydia, Luisa y Francis en la grabación de Mi casa es la tuya. No fue paripé, se abrazaron frente a las cámaras del programa tras mucho tiempo sin verse. Y eso contagió una emoción especial, que el programa supo impulsar con un ligero toque musical.

Mientras que en Antena 3 estaba el ruidoso Ninja Warrior con atletas superando pruebas, Telecinco lideró con la tranquilidad de una conversación de amigos recordando una serie irrepetible. A Bertín Osborne casi ni le hacía falta preguntar, pues ellos mismos estaban entusiasmados al volverse a ver.

Mi casa es la tuya consiguió, por unos momentos, recuperar la esencia del éxito de Médico de Familia sustentado en la verdad que transmitían los actores de la serie. En Mi casa en la tuya también han contagiado ese buen rollo que siempre será la base de la serie de Emilio Aragón y Daniel Écija.

El programa, al no ensayar o falsear la sorpresa con sus invitados, consigue que el encuentro no pierda ni un ápice de sensibilidad. Incluso propiciando que los invitados casi se olviden de las cámaras que están grabando este programa de televisión. Un detalle difícil para los profesionales que saben tanto de televisión pero, anoche, en el programa de Bertín Osborne, ganó la emoción de la verdad. El espectador sintió, de verdad, que se colaba en un reencuentro de personas más que de personajes. Y esa espontaneidad, en la tan prefabricada tele de hoy, es el más difícil todavía de alcanzar en una grabación de la actualidad.  Mi casa en la tuya lo ha logrado.

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