OPINION

La estrategia de La Sexta con el fichaje de Alfonso Arús: una oportunidad para la marca Atresmedia

Alfonso Arús, La Sexta
Alfonso Arús, La Sexta

Tras 16 años de éxito en Cataluña con su programa Arucitys, Alfonso Arús vuelve al ruedo mediático nacional. Será en La Sexta, a partir de septiembre, y pinta que con una arriesgada apuesta: trasladar la esencia de los programas "despertador" de entretenimiento de la radio a la televisión.

Como apunta el portal Yotele, el nuevo formato de Arús irá de las 7 a las 11 de la mañana, justo antes de Al rojo vivo de Antonio García Ferreras. Con esta estrategia, La Sexta completa la única franja diaria en la que aún no contaba con una emisión en directo.

La cadena de Atresmedia ha construido una marca asentada en la programación pegada a la actualidad, donde el espectador sabe que si pasa algo está La Sexta para contarlo, pues tiene una parrilla muy definida en un recordable desfile de programas en riguroso directo.

Además, con Arús el canal verde puede rejuvenecer su público con un espacio de contenidos complementarios que desengrasen los marcadamente políticos de Al Rojo Vivo, Más Vale Tarde o El Intermedio y, en ese mismo tramo horario, produce un espacio con otro target objetivo de espectadores de Espejo Público de Antena 3.

El problema está en que este segmento matinal es altamente competitivo y, a priori, no es el idóneo para atraer a una audiencia más joven. Aunque sí cuanta con un valor añadido: hay demasiados magacines clónicos y Arús puede abrirse un hueco con un formato que atraiga a otros públicos con un sello alternativo. Ahí el programa debe encontrar su hábitat: en la distinción desenfadada frente a la intensidad matinal.

Ya lo hizo Pepe Navarro en los años noventa, arañando cuota de pantalla a la competencia con su programa matinal Vivir, vivir... qué bonito que tenían más de late night que de magacín. Con colaboradores cómicos e Incluso incorporando el cebo de la pregunta telefónica canalla: "¿Tiene usted pelos en la lengua?". Podía sonar cualquier teléfono de España, pero sólo los que estaban viendo el programa tenían la clave para contestar correctamente. 

Eran otros tiempos, el público ahora está más resabiado y Arús lleva muchos años con una fórmula muy marcada que, sin embargo, intentó trasladar hace una década a TVE y no funcionó. La audiencia nacional no es la misma que la autonómica. Tampoco en Atresmedia va a poder debatir sobre la televisión de la manera en la que lo hacía en 8TV. En La Sexta no podrá dar cancha a los rivales porque la dirección tendrá miedo a que se convierta en promoción. Y Telecinco, por supuesto, no permitirá usar imágenes de su familia de canales.

Así que, ahora, Arús necesita definir de otra manera el formato con una estructura bien reconocible en el ojo del espectador. Él debe saber que tiene una complicada travesía por delante, ya que entiende mucho de las tripas de la televisión. Hasta fue pionero en presentar un formato de vídeos virales antes de que existiera Internet, las redes sociales y los vídeos virales. Era Vídeos de primera, con los tropezones de la gente grabados con aquellas cámaras caseras que ya nadie tiene.

Con la incorporación de Arús, La Sexta se convierte en un canal con un daytime 'todo directo'. Estrategia perfecta para competir en la era de la TV bajo demanda como estandarte de una marca de televisión que acompaña al espectador, en vivo, en su vida cotidiana. Ya tiene un formato en la franja que faltaba por explorar. Ahí aparecerá este morning show que llega con un sabio aprendizaje de otro programa de entretenimiento de la emisora, Zapeando. Lo nuevo de Arús, como pasó con el zaping de Frank Blanco, necesitará tiempo para cuajar. Porque este nuevo programa se irá haciendo con el rodaje diario como sucede con los buenos experimentos, en una televisión que necesita más experimentos para prosperar.

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