OPINION

La imagen que ilustra el caos visual de las cadenas de televisión en España

Dicho y Hecho
Dicho y Hecho
Dicho y Hecho
Cuando se te solapan dos mensajes en emisión y no se lee bien ninguno de los dos.

Ya no basta con una telepromoción del horario de emisión de un programa, serie o película durante los intermedios para la publicidad. Las cadenas de televisión buscan que todas aquellas personas que conectan con su canal, aunque sólo sea un segundo, se encuentren con el anuncio de su próximo estreno o contenido estelar. Nadie podrá escapar de tal anuncio, pues se encuentra sobreimpresionado constantemente en una esquina de la pantalla. Normalmente, la esquina superior derecha.

Con el aumento de la competencia, esta táctica de ubicar en plena proyección de los programas o series un rótulo fijo, con la correspondiente reseña de las próxima cita relevante de la programación, se ha transformado en habitual. Tan habitual que incluso el espectador ya está inmune con esta estrategia, porque ha dejado de ser una mención extraordinaria con motivo de un acontecimiento puntual para transformarse en un hecho habitual que, sobre todo, ensucia la emisión.

En la televisión en España es complicado ver un programa, serie o película sin que la pantalla esté manchada de rótulos y mensajes. Lejos queda aquel tiempo en el que las moscas de las cadenas -el logotipo que indica el canal- eran semitransparentes para no molestar demasiado al ojo del espectador.

Ahora, los indicativos del canal no se disimulan. Es más, los indicativos van muy acompañados. Que si el hashtag para que los espectadores comenten sobre el programa bajo una misma etiqueta y, así, propicien un trending topic. Que si la clasificación por edades que obliga la normativa vigente para orientar a padres sobre el tipo de contenido al que se enfrentan. Que si los logotipos del programa en cuestión. Que si el rótulo de "directo"... La pantalla se ha llenado de mensajes, como nunca. Algunos lógicos y de servicio público, pero otros sólo son un molesto ruido, que impide disfrutar de los programas y series como merecen.

Sin embargo, el espectador ha interiorizado ya como normal este colapso de rótulos, logos y dibujos en emisión. Y las cadenas parece que no quieren poner remedio a este festín. Pero la audiencia necesita unas normas de línea visual que organicen, con coherencia y cierta armonía, la desordenada saturación de rótulos en las cuatro esquinas de la televisión todos los días de la semana. Antena 3 y La Sexta han intentado ya organizar esta publicidad con un cierto gusto de diseño para que, al menos, se vea lo más bonito posible. Mediaset, por su parte, decidió cambiar de ubicación el logotipo de Cuatro y se lo llevó a la misma posición que el logotipo de Telecinco para que, de esta manera, conviviera mejor con los cebos a otros programas del grupo.

Pero nadie parece querer terminar con este contraproducente caos de mensajes en antena que incluso, de vez en cuando, propicia que se solapen varios rótulos. Es lo que ha sucedido este viernes en el estreno de Dicho y Hecho en TVE (imagen de arriba). El logotipo del programa estaba en la misma posición que el grafismo que anunciaba la emisión de una película. Dos mensajes se solapaban y eran prácticamente ilegibles. No es la primera vez que pasa y tampoco será la última.

De hecho, hace unas semanas una sobreimpresión que recordaba una gala especial de Operación Triunfo tapó literalmente, una y otra vez, la cara de Raquel Sánchez Silva en su estreno como presentadora de Maestros de la Costura. Inadmisible.

Maestros de la Costura
Raquel Sánchez Silva está detrás del logotipo de OT

Las cadenas deben coordinar este tipo de mensajes con los realizadores de los programas para que las sobreimpresiones no se tuerzan como un incómodo intruso en la experiencia del disfrute de la televisión y se compenetren con el contenido del programa o la serie. 

Si no se frena el abuso de este uso, las propias cadenas terminarán sufriendo esta avariciosa (y hortera) implantación de mensajes en emisión. Los  desordenados rótulos transforman cadenas de primera línea en una especie de canal de tómbolas o call TV. Vamos, la antítesis de construir una imagen de marca respetable y querible socialmente.

Mostrar comentarios