EN PERSPECTIVA

La lección de TeleMadrid

La actual dirección de TeleMadrid, que ha impulsado la cadena, saldrá tras la reforma de Ley del gobierno autonómico de Ayuso.

Una imagen del debate de Telemadrid
Una imagen del debate de Telemadrid
Telemadrid

Desacreditada y en el ostracismo, así estaba TeleMadrid hasta la llegada del equipo de Jose Pablo López, que ha reflotado la cadena con inteligencia a la hora de recuperar su esencia: encontrar la mirada local en una comunidad que informativamente todo se suele leer en clave nacional. Incluso los periódicos madrileños hablan poco de Madrid.

Pero el valor diferencial de las televisiones autonómicas está en que son las únicas que pueden ofrecer al espectador aquello que le toca más de cerca, aquello que le afecta directamente en su vida cotidiana. Ahí no tienen rival. Ahí jamás llegarán a tomar el pulso las gigantes plataformas bajo demanda que buscan contenidos en clave global. 

En este sentido,  en estos años, TeleMadrid ha sabido construir una programación pegada al sentimiento de la calle. El primer acierto fue romper con el pasado y salir del pequeño plató de informativos, integrado en la redacción, para crear una gran y versátil escenografía en uno de los Estudios grandes de la cadena. Así la autonómica madrileña ha sabido plasmar modernidad con una imagen de informativos a la vanguardia que, además, sirve como eje vertebrador para el resto de los programas. Resto de programas que se producen también desde la sede de la emisora. 

Porque, para ser más sostenible, en este tiempo, TeleMadrid ha sabido recuperar las posibilidades de su sede en la Ciudad de la Imagen. Ya no se alquilan platós fuera, sus programas se realizan desde la cadena y sus redacciones también están ahí. Aunque se produzcan en colaboración con productoras externas, es importante que los equipos creativos y técnicos trabajen juntos. De esta forma, el edificio central se llena de vida y ebulle sentimiento de cadena entre todos los trabajadores. Los platós están vivos. Un detalle que descrito suena abstracto y vacío pero que, realmente, trasciende la televisión. Se ve el canal como un todo unitario y no como un contenedor de formatos que no se conocen ni relacionan entre sí.

El modelo de producción propia con productoras ha sido muy útil para TeleMadrid, ya que produce una retroalimentación de conocimiento entre el personal de la cadena y los creativos que vienen con recorrido por otros lugares. Las diferentes maneras de trabajar enriquecen, flexibilizan la manera de producir y, a la vez, fortalecen una autonómica que había quedado desacompasada de su sociedad.

Hasta que en 2017 la llegada de Jose Pablo López -tras la reforma de TeleMadrid en la etapa de Cristina Cifuentes como presidenta- provocó cierta independencia del poder político que, en ocasiones, puede minimizar una televisión pública al premio de tener el control de un altavoz propagandístico cuando su servicio público consiste en radiografiar y divulgar la complejidad de la realidad cercana para conocernos mejor. Es más, para dar a la sociedad herramientas para vivir mejor.

TeleMadrid ha ejercido en estos años su función con programas divulgativos que descubren desde el entretenimiento como 'Desmontando Madrid', 'Madrid desde el aire' o 'Madrid Directo'. También espacios magacín o informativos. De hecho, el acierto del canal ha estado en ordenar citas claras de programación, que se mantienen en el tiempo, definiendo su parrilla con programas en directo fáciles de recordar en la memoria del espectador. No sólo informan, también acompañan. Ahí es importante la autoría de su pluralidad de comunicadores que dan empatía al canal: destacan María Rey, Inmaculada Galván, Silvia Intxaurrondo, Emilio Pineda, Adela Gónzalez, entre otros. Y sobre todo TeleMadrid ha desprendido la intuición de mostrar sin prejuicios la diversidad de los intereses de toda la audiencia que compone la sociedad. Para plasmar la sociedad como es. De las procesiones de Semana Santa al Orgullo LGTBI. Todo lo relevante TeleMadrid lo ha radiografiado con rapidez de reflejos, cercanía narrativa, modernidad estética, sostenibilidad en la producción y ética institucional. Ese ha sido el salto de TeleMadrid. Complejo salto en un momento en el que la televisión está cambiando y en el que las autonómicas pueden quedar atrás si se olvidan de su razón de ser: la responsabilidad de intentar reunir a toda tu audiencia potencial a través de la complicidad de saber captar e incluso descubrir lo próximo que nos une.

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