OPINION

La nueva realidad a la que se enfrentan los castings de 'Operación Triunfo'

Amaia y Alfred
Amaia y Alfred
Cordon Press
Noemí Galera, casting
Noemí Galera en los castings de 'OT' del pasado año

El próximo día 30, en Barcelona, comienzan los castings para la nueva edición de Operación Triunfo. Se repite el tour por España del equipo de Gesmusic para encontrar a los nuevos talentos que impidan que la audiencia eche de menos a la carismática panda de la edición de 2017.

De hecho, los aspirantes más nóveles a estos casting pueden caer en el error de intentar imitar a los artistas de la última generación de OT. Entonces, se equivocarán. Al final, deben sorprender siendo ellos mismos: demostrar sus puntos fuertes y no intentar parecerse a nadie.

Aunque, sobre todo, los responsables de casting de Operación Triunfo vivirán un nuevo escenario. OT 2017 ha roto muchos prejuicios con el propio OT. Ahora, se atreverán a presentarse a estas pruebas artistas de nivel que, hace menos de un año, desconfiaban de la televisión para lanzar su carrera. Artistas de diversos estilos que han visto como en OT no se ha quedado sólo en las canciones comerciales que ponen las radiofórmulas y se ha ido abriendo también al talento de la música independiente. Esa que mueve tantos festivales en España. Esa que se escucha mucho, aunque no siempre se ve en televisión.

Pero OT es un formato de evolución, de aprendizaje, de crecer en equipo. El programa no debe caer en el error de elegir un casting de alta perfección vocal. Los artistas que se las saben todas pueden ser contraproducentes. Se equivocan menos y, como consecuencia, transmiten menos, pues no crecen a la vez que la audiencia se identifica con sus vivencias y aprendizaje.

Ese es el otro superponer del casting del último Operación Triunfo: los talentos de Operación Triunfo son chicas y chicos como cualquier chica y chico. No son guapos de manual, no van disfrazados de nada. Son ellos. A diferencia de otros realities con otro perfil de público, como Fama a bailar, con un elenco de bailarines con el que es más difícil empatizar porque está tan profesionalizados que no actúan como los jóvenes de la calle, actúan como bailarines profesionales. Porque son bailarines profesionales. Incluso en sus estilismos, incluso en su actitud física. Es más complicado  sentirse reflejado en ellos. Es más complicado conectar con su evolución si no eres apasionado del baile.

Al frente de las audiciones de Operación Triunfo, una vez más, la directora de casting de Gestmusic Endemol, Noemí Galera. Pero Galera, que tiene un poderoso e intuitivo conocimiento de las necesidades de la televisión, no va a ser vista de igual forma que hace un año por los aspirantes que se presenten al casting. A ojos del espectador ya no es la insaciable y dura jurado de OT, ahora es la mamá  de los concursantes de Operación Triunfo. Una mamá que ha sido empático vínculo entre el público y el interior de la Academia. Los seguidores del programa ahora aman a Noemí. Quieren achuchar a Noemí. Tal vez incluso lloren un poquito más que antaño a Noemí para superar las audiciones. Ahí sí que se abre una dimensión de unos castings que serán más multitudinarios y, también, deberán lidiar con una catarsis más fanáticas en la que la propia directora, Noemí Galera, impone un poco menos que antes. Sólo un poco.

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