OPINION

El nuevo mercado de la TV: el poder está en las productoras

La casa de papel
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La casa de papel
La Casa de Papel vive una segunda vida de éxito fuera de España.

Las nuevas formas de consumir televisión y el impulso de las plataformas de contenidos bajo demanda están propiciando un nuevo escenario en el mercado audiovisual, donde crece el poder de las productoras.

Los operadores, tanto las cadenas tradicionales como las compañías de pago Nettlix, HBO o Movistar Plus, se están transformando en agregadores de producción que necesitan nutrir constantemente sus catálogos de oferta atractiva.

El modelo de cadena convencional que se autoproducía en exclusiva aquello que iba a emitir ha quedado obsoleto. Ahora las empresas deben de ser más versátiles y analizar el recorrido que puede adquirir sus producto en nuevas vidas de consumo, dentro o fuera de las fronteras.

Atresmedia ya ha creado una nueva división del grupo, Atresmedia Studios. Un movimiento estratégico y pionero en nuestro país: Antena 3 ya no sólo piensa en su liderazgo de audiencias y también aprovecha su experiencia y reputación en el sector para empezar a producir para otros.

De hecho, Atresmedia ya está detrás de El Embarcadero, una serie que firmará y emitirá Movistar Plus, de los creadores de La Casa de Papel, un gran éxito internacional que define la mutación del sector y que continuará con una nueva temporada en Netflix.

Se abren nuevas vías al riesgo creativo. Las cadenas ya no sólo deberán pensar en el resultado de audiencia de su prime time generalista. La inversión de series con un target de público más específico, que no arrasaría en la emisión tradicional de máxima audiencia española, se puede traducir en un fenómeno internacional a través de ventanas como Netflix. Esto ha sucedido con el boom de La Casa de Papel pero, además, en otra medida, también ha pasado con El Ministerio del Tiempo o Merlí, que han logrado una nada desdeñable aceptación en el exterior. 

Se abre, así, una interesante vía a la hora de incubar formatos para su venta y distribución dentro y fuera de nuestras fronteras y, ahí, son las productoras las que tienen la flexibilidad para ser llave de un sistema que ya no funciona como antaño. Porque son las productoras las que tienen el tesoro, la materia prima: las ideas.

La televisión bajo demanda, que se complementará con las cadenas tradicionales con actualidad y entretenimiento en vivo y en directo, necesita factorías de contenidos que alimenten, rápido y con versatilidad, sus catálogos. En este nuevo universo, no importa tanto la cuota de pantalla como la capacidad de movilizar a un jugoso público potencial que defiende tu producto. O tienes el contenido o estás muerto. Y, en este sentido, la ficción española ya está alcanzando una notoriedad que ha tomado la delantera en el mercado internacional. 

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