ACABAR EN ALTO PARA SEGUIR CRECIENDO

La oportunidad perdida de 'La Resistencia'

Broncano despidiéndose de la temporada de 'La Resistencia', rodeado de artistas con cara de poker.
Broncano despidiéndose de la temporada de 'La Resistencia', rodeado de artistas con cara de poker.
Movistar Plus

Ya es una realidad la renovación por tres años de 'La Resistencia' en Movistar Plus. El programa terminó temporada el pasado jueves con dos actuaciones musicales en directo con tres grandes cantantes, aunque algo atropelladas en la forma de introducirlas. Primero interpreta Pancho Céspedes su 'Vida loca' y, después, irrumpe 'Ella baila sola'. Por suerte, al final, aparece Jorge Ponce cantando Britney Spears para relativizar con guasa este pegote nada orgánico en el escenario del teatro Arlequín. Escenario que no volverá a ser la casa del late-late night. En septiembre, el formato de David Broncano dará el salto a un auditorio más grande de Madrid. 

Sin embargo, un programa que suele construir tan bien sus personajes y running gags no acabó el curso con un colofón narrativo. El espacio se despidió como un capítulo más, a pesar de poder crear un cierre de despedida de su plató en el subsuelo de la Gran Vía. Faltó esa apoteosis con la que el formato poder acabar en alto y sembrar expectativas de cara al nuevo curso, tan vital en televisión para no parecer repetitivo y alimentar los vínculos con el espectador.

En televisión es muy importante despedir a los personajes. Y el set de emisión debe ser un personaje más. Mejor si tiene vida propia. 'La Resistencia' lo suele hacer: de hecho, han incorporado con ingenio elementos escénicos que engrandecían la trama del espectáculo, de la fuente de los 'perros follando' -elaborados con papel de plata de esos de envolver el bocadillo- al sofá apuñalado por Ignatius Farray.

Que 'La Resistencia' termina en el teatro Arlequín, donde por cierto triunfó Ozores, se recalcó sabiamente en la entradilla sonora del programa a cargo de Ricardo Castella. También lo dejó caer el propio Broncano al despedirse. Y la cámara se fue a un plano general del lugar que se mantuvo un rato grande, mientras el público asistente aplaudía. Y ya. Sin más.

Mientras Andreu Buenafuente concluía etapa en un emocionante especial en las azoteas de Madrid en las que se rodó 'Bajarse del moro', 'La Resistencia' se fue de vacaciones con una entrega plana que, en cierto sentido, es una oportunidad perdida para crear un acontecimiento disruptivo que haga evolucionar a los protagonistas del show, visibilice más el crecimiento del programa y atraiga el interés de nuevos públicos. Estarán reservando los cartuchos para el estreno de la nueva etapa, pero se ha echado en falta un chimpún a la altura de 'La Resistencia'. La despedida del teatro arlequín lo merecía. Es más, lo ponía fácil.

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