ANÁLISIS

La reinvención de las tardes de La Sexta: una oportunidad para frenar a Cuatro

El reto de 'Más vale tarde': cómo mejorar el rendimiento para la tarde de La Sexta
Mamen Mendizábal
La Sexta

La marcha de Mamen Mendizábal deja abierto un hueco que obligará a un cambio en las tardes de La Sexta, un canal que podría ganar adeptos en esta franja abriéndose más al entretenimiento. La audiencia vive una saturación de política y, a partir de las cinco de la tarde, es tiempo de afrontar un mayor abanico de contenidos que, a la vez, mantengan la imagen de canal pegado al directo que narra la actualidad.

De ahí que 'Cuatro al día' con Joaquín Prat Jr. esté haciendo cierta pupa a La Sexta. Dos programas informativos pero con claras diferencias. Justamente en la claridad escénica se distingue al formato de Cuatro. Su luminosidad es más acogedora que el estudio de 'Más vale tarde', vanguardista pero frío para lo que demanda la audiencia en ese tempo de la emisión en donde el espectador busca una compañía más allá que le vuelvan a contar, de nuevo, la indignación que producen ciertas noticias.

En este sentido, el perfil que podría demandar las nuevas tardes de La Sexta pasa por un rostro con la versatilidad de informar y, cuando toca, relativizar al espectador con otros temas más sonrientes. Ahí podría postularse Iñaki López como profesional que se identifica con el canal y atesora una versatilidad que le permite presentar lo que se proponga, pues cuenta con la gran cualidad de un comunicador: la empatía desenvuelta en todas las circunstancias, del humor a la más estricta seriedad.

Quizá por ahí debería ir un programa que también debería buscar otro nombre con menos pesadumbre latente como planea sobre 'Más vale tarde'. La mañana de 'La Sexta' con Alfonso Arús ha demostrado que pueden mantener la línea editorial de canal informativamente vivo con más enfoques en los que incluso la repetición de contenidos no suene a ya visto.

Es evidente que el interés por la política no cesa, pero la audiencia agradece abrir prismas con otros temas cotidianos tras años de intensidad informativa de los últimos años. Es lo que hace Joaquín Prat en Cuatro con un espacio que ha ido creciendo. Su propio presentador le otorga un apasionado ritmo que gradúa muy bien lo crucial y lo relajado. Así logra jugar con la complicidad de la audiencia. Al fin y al cabo, eso es la televisión: informar, entretener, sí, pero, sobre todo, acompañar.

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