OPINION

La televisión que viene: en busca del formato más ridículo

tele hipnosis
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No existen formatos televisivos revolucionarios a nivel internacional. Las cadenas andan a la caza y captura de nuevos shows que llamen la atención. Programas bien definidos que rompan con años en los que se ha intentado realizar siempre lo mismo con diferente envoltorio.

Poco se ha evolucionado de la tele-realidad que reinventó Gran Hermano. O de los talent show con veredictos de jurados. Factor X, Tienes talento, Operación Triunfo, La Voz... Este tipo de programas, en buena medida, siguen siendo un éxito a pesar del tiempo. No obstante, las cadenas necesitan nuevas fórmulas para competir con aire fresco. Pero, ¿existen?

La compra por canales de medio mundo de Rising Star (aquí adquirió los derechos Antena 3) ha sido un varapalo para las cadenas. Triunfó en la particular idiosincrasia de Israel, pero no tiró en otros lugares, como se esperaba. Las televisiones se apresuraron, sin analizar las debilidades reales del talent. Fracasó en USA, en Francia... y la producción en Inglaterra se paró. En España, también. Rising Star sólo aportaba la participación directa de las votaciones del público a través de las redes sociales. Nada más. El resto era una mala copia de La Voz.

Tras este sonado traspiés internacional, ha surgido un peculiar fenómeno que marca la diferencia con los predecesores y que ya es un rotundo éxito en UK: los formatos con hipnosis colectiva, que ya tuvieron cierta repercusión en los noventa (aquí en España tuvimos a Toni Kamo durmiendo a los invitados de Hola Raffaella o un espacio en Telecinco con Bibiana Fernández llamado Hip, hip, hipnosis) y que ahora regresan actualizados y reinventados en un espectáculo de prime time, que bebe de una mezcla entre reality show y talent show.

En Reino Unido, el canal ITV ha sorprendido con You're Back In The Room, un concurso en el que los participantes deben superar diferentes pruebas que son muy sencillas pero, sin embargo, se les complican porque sufren sugestiones post-hipnóticas. De esta forma, el juego se convierte en una comedia loca, que conecta con el humor inglés.

http://www.youtube.com/watch?v=mt9cL5_2hGc[embed]

También, de forma paralela, ha sucedido un caso parecido en Francia con otro show de hipnosis llamado Stars Sous Hypnose. En este caso, una serie de especiales que vienen emitiéndose desde verano en el canal líder TF1, donde personajes populares entran en trance y sufren delirantes situaciones. De nuevo, el ridículo de personajes sugestionados por el 'poder de la mente', que les hace perder el control racional, eleva el share.

En esta vorágine de formatos donde los protagonistas viven situaciones ridículas bajo hipnosis se suma, además, la gran productora Endemol, con la realización de otra franquicia con la comedia hipnótica como protagonista en Australia, Mesmerised se llama. Se ha rodado ya y está pendiente de emisión. Es más, se pretende vender internacionalmente.

Los canales se van contagiando de este peculiar nuevo formato que, en realidad, no es tan nuevo. Pero si es claramente diferente a los productos que han protagonizado la televisión de los últimos años. Aquí no hay encierro, aquí no hay jurados. La novedad es el surrealismo de las situaciones pretendidamente ridículas y estrafalarias desde la comedia ácida.

Y ese puede ser un horizonte televisivo que se vislumbra. De ahí que en Sky ha llamado la atención otro espacio, Wild Things, en el que los concursantes juegan (y se tropiezan) en un bosque disfrazados de animales. Otra vez, el absurdo, lo extravagante.

http://www.youtube.com/watch?v=21Ot--OHdLs[embed]

En la era en la que nos pasamos el día viendo vídeos delirantes en Youtube, no es extraño que este tipo de formatos funcionen. Aunque quizá no conecten tanto con las peculiaridades de la televisión española. Lo que sí está claro es que las grandes ideas de la pequeña pantalla siempre han surgido de premisas descabelladas en un principio: ¿famosos disfrazados de otros famosos cantando? ¿famosos haciendo bailes de salón? ¿jurados sin poder ver a la persona que canta? ¿gente encerrada en una claustrofóbica casa donde no hay casi movilidad ni para las cámaras? La televisión en sí es magneticamente ridícula.

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