OPINION

La vida después de 'El Ministerio del Tiempo', una nueva oportunidad para TVE

La puerta al futuro de la TV que ha abierto 'El Ministerio del Tiempo'
La puerta al futuro de la TV que ha abierto 'El Ministerio del Tiempo'
La puerta al futuro de la TV que ha abierto 'El Ministerio del Tiempo'
Bodegón fotográfico de 'El Ministerio del Tiempo'

Tras el final de El Ministerio del Tiempo, Televisión Española debe organizar la producción de series como estrategia para afianzar su inversión como motor cultural. La cadena pública ya cuenta con un prime time de ficción los jueves noche, que sirve de plataforma a producciones creadas para grandes audiencias, como la emblemática Cuéntame cómo pasó, con 18 temporadas en emisión, o la reciente Estoy vivo, líder de su franja.

Pero, además, Televisión Española también tiene la responsabilidad de abordar un proyecto de largo recorrido como factoría de series de autor, no obsesionadas en gustar a todos los públicos tradicionales y que serán las que definirán el área de influencia de la cadena pública como referente social en las nuevas plataformas.

El Ministerio del Tiempo ha sentado un interesante precedente en este sentido, recuperando a un público seriéfilo que ya no sintonizaba La 1 y se centraba en series internacionales. Ahora TVE tiene por delante el reto de mantener a este tipo de espectadores y consolidarse como referencia cultural que da luz verde a historias que retratan la creatividad, sentir, evolución e inspiración de un país.

"TVE debe consolidar una cita semanal con la ficción de autor"

La programación debería articular otro prime time semanal fijo para sus series originales. Si los jueves hay producciones hechas para grandes públicos, otro día de la semana -martes o miércoles- podría abrirse a ficciones de autor. Así se crearía una cita estable, cada siete días, con un tipo de público que ya no consume televisión. Esta cita sería la primera ventana de emisión, el escaparate donde se lanzan los capítulos que, después, se pueden consumir ‘a la carta’ en la web.

Lo interesante de estas series de autor estribaría en que fueran temporadas cerradas con un arco argumental definido de principio a fin, sin necesidad de depender de los terremotos de los estudios de audiencia. Tandas de capítulos de una o dos temporadas, de 13 capítulos cada una, y con un final claro desde el comienzo.

En esa franja por estipular, siempre habrá una serie de autor de estreno y, cuando acabe una producción, el espectador esperará con curiosidad la siguiente propuesta. De esta forma, se definiría una táctica coherente de servicio público que cuenta historias con mirada diferenciada en TVE y que se complementarían con la producción de programas de entretenimiento en el resto de prime time semanales: concursos, docushows divulgativos, espacios de entrevistas, formatos musicales o talent shows. Entretenimiento que busque siempre el aporte social. En este caso, por ejemplo, Operación Triunfo no tendría demasiado sentido en la Televisión Española actual si no consigue transmitir en las galas el aprendizaje, evolución y sentir de las jóvenes generaciones a través de los concursantes de la edición. Tampoco si las actuaciones musicales no despiertan inquietudes por la emoción del espectáculo musical.

Contenidos alternativos que movilicen el sector audiovisual

La televisión pública debería constituir un valiente, imaginativo y reputado complemento competitivo a la más conservadora programación de los operadores privados, que dependen de la inversión publicitaria. Contenidos alternativos que movilicen el sector audiovisual.

El espectador ha de sentirse orgulloso de la producción de una cadena que nunca puede bajar la guardia a la hora de demostrar que no se malgasta si se invierte para que el país sea culturalmente mejor. Es algo que TVE ha olvidado en los últimos tiempos, funcionando como un simple canal de televisión comercial.

Un error que la cadena tiene que enmendar con una estrategia de largo recorrido que se traduzca en pilares fijos en su parrilla. Por eso es importante crear citas estables en el prime time que organicen las series y programas por temáticas. Como se lleva décadas haciendo, por ejemplo, en los domingos noche con La Película de la Semana.

El laboratorio de experimentación 'a la carta'

Es necesario también reforzar la atención que el espectador dedica a los dispositivos bajo demanda. De hecho, ahora TVE ha lanzado Playz, un canal online que será ventana de producción exclusiva. Esta marca, más joven, ya se ha estrenado con series sólo para la red. Las primeras: Dorien, de los hermanos Prada; Mambo, del creador de Malviviendo o Colegas, una catarsis con jóvenes glorias de Compañeros.

El porvenir de esta plataforma pasará por convertirse en un laboratorio de experimentación que se abra a los creadores actuales -realizadores y guionistas- potenciando y visibilizando su carrera en un momento en el que, paradójicamente, es difícil llegar al gran público español ante unos sistemas distribución muy polarizados. O tienes el apoyo de Atresmedia o Mediaset, o vienes de USA de la mano de Netflix, o eres invisible. Ahí tiene su papel y función TVE: propulsar el talento made in Spain.

Y Playz es una gran oportunidad desde la versatilidad del hábitat online. Un lugar para crear ficciones con duraciones más a tono con los nuevos consumos -no más de 50 minutos por episodio, incluso mucho más breves- y como complemento a otras producciones pensadas para la primera línea de La 1. Sólo falta que el proyecto no se quede en un lanzamiento cortoplacista y mantenga una inversión de al menos dos años de estrenos. Porque, como en el prime time, la TV pública sin paciencia no cuaja. Y ese es uno de los grandes problemas que ha sufrido TVE en los años: la impaciencia que da tumbos y olvida asentar un proyecto de largo recorrido comprometido con la audiencia.

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