OPINION

Las vías de acción de Movistar Plus para plantar cara a Netflix y HBO (o fracasar)

Buenafuente
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'Late Motiv' de Buenafuente es  uno de los programas con más repercusión de Movistar+.

Heredera de Canal Satélite Digital y Vía Digital, Movistar Plus es la televisión de pago con más abonados de nuestro país. En torno a cuatro millones de usuarios reúne esta marca que viene creciendo desde la implantación de Canal Plus en 1990. Cuatro millones en casi 30 años, mientras que la llegada de Netflix a España ha logrado más de un millón de abonados en sólo dos años en nuestro país. Los norteamericanos van rápido: Movistar Plus debe reinventarse o se quedará atrás, a pesar de contar con un catálogo más completo y complejo que sus competidores.

Y ahí está el problema: en lo complejo de su catálogo. Un galimatías de contenidos y precios que la compañía de Telefónica debe estructurar y simplificar. La televisión no sólo vive de seriéfilos y cinéfilos de la ficción internacional y Movistar también cuenta con un gran abanico de otros contenidos, de deportes a programas de entretenimiento. Sin olvidar, su inversión en series made in Spain. En estos tres ámbitos no tiene rival, pero debe comunicar de una forma atractiva esta oferta.

Para empezar, Movistar necesita sintetizar sus paquetes de contenidos, que tienen que estar bien delimitados y definidos a ojos del espectador. La televisión ya no es fardar de cantidad de canales, la gente quiere acceder a la oferta por encima de una cadena. Así Telefónica deberá, en un principio, organizar las marcas en base a sus géneros televisivos. O directamente inventárselas. Deportes, Series, series+programas... El espectador pagará por tener acceso a esos contenidos si están disponibles en una plataforma bajo demanda (sin necesidad del desfasado decodificador) y con un coste al nivel de los nuevos competidores.

Movistar Plus cuenta con una gran oferta que no llega al espectador más joven porque las campañas publicitarias se están afrontando al viejo estilo de Telefónica: publicidad que avasalla pero no hace al público partícipe del recorrido del producto. Y sólo ese nuevo público, el partícipe, se quedará en la plataforma si se siente involucrado en el desarrollo de la producción, en los aciertos e incluso en los errores.

En programas y en series, las series españolas originales de Movistar no deben de presentarse como si fueran estrenos de cine. Error, necesitan comunicarse como televisión. Porque es televisión. De ahí que también sea importante que Movistar Plus cuente con los creadores de series, además de autores cinematográficos, para desarrollar sus ficciones, ya que el desarrollo de los personajes en el largo recorrido de los capítulos de series no es igual que en una película. Puede ser un buen experimento complementar las firmas cinematográficas con las firmas televisivas, las dos están ya a idéntica altura de reputación social. La tele no debe tener complejos consigo misma. Y Movistar Plus es televisión.

En ficción hecha en España, si está bien enfocada, Movistar Plus no tendrá competidor. Un nicho de negocio muy interesante que también debe ser presentado sin despistar al espectador. Si las series se lanzan con toda su temporada completa en formato bajo demanda, no tiene sentido estrenarlas en un canal de emisión tradicional de la plataforma, pues se lía al público y desvirtúa la imagen del posicionamiento del contenido.

De hecho, es lo que ha sucedido con la emisión de series como La Zona en Cero (#0), el canal de referencia de Movistar Plus. Una cadena exclusiva, que se ha convertido en un reputado motor de producción propia con programas como Late Motiv de Buenafuente, Ilustres ignorantes, LocoMundo, RadioGaga, Cuando ya no esté o Tabú y que, sin embargo, con la introducción de series su programación ha perdido parte de su esencia: ser una alternativa a series que se consumen online.

¿En qué lugar queda el canal #0 de Movistar Plus, entonces? La televisión está cambiando. Las series, documentales y cine se consumirán bajo demanda, y los canales lineales servirán para aquella programación que te acompaña en el vivo y en el directo. Y ese aliciente no está en Netflix ni HBO, pero sí en Movistar Plus. Así, con Cero, Movistar atesora  la oportunidad de congregar a ese público que quiere ver programas más arriesgados y con mejor factura que en las cadenas generalistas.

Pero la televisión que acompaña en vivo y en directo necesita contundente programas diarios que estructuren la programación. Diarios para que el público recuerde que tiene una cita fija. En este sentido, Cero ya tiene Buenafuente, aunque al canal le vendría bien también otros dos pilares diarios con una personalidad bien acotada. Sería perfecto un late night más golfo para atraer a esos jóvenes que no consumen casi televisión y echan de menos formatos más gamberros. También Cero necesita un gran formato acontecimiento que generara un alto volumen de diálogo en redes sociales para, de esta forma, favorecer la visibilidad de un canal que aún es un gran desconocido.

Y la visibilidad de la televisión de hoy en día pasa por levantar la polvareda de la conversación en las redes sociales, que es donde están los suscriptores. Ahí está la razón de ser de Cero, como canal que acompañe con programas en directo, o que parezcan directo, y que además sirva como escaparate de los contenidos bajo demanda. En definitiva, que estos programas sean la plataforma perfecta para lanzar píldoras de las series o los deportes que ya están en sus paquetes de visionado a sólo un clic.

Porque Movistar tiene un buen contenido, pero necesita que se sienta accesible, cercano y tan vivo como el espectador. Que no parezca que el usuario está contratando un viejo ADSL. No, los espectadores quieren sentir televisiones comprometidas con su tiempo y, sobre todo, con las filias y fobias de sus potenciales abonados. Ahí se juega la partida...

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