OPINION

'Late Motiv', Buenafuente y el vacío

'Late Motiv' Ricardo Darín y Buenafuente
'Late Motiv' Ricardo Darín y Buenafuente

"-¿Y después, qué? -El vacío de después de la fiesta". Así ha empezado el programa 600 de 'Late Motiv'. Con Andreu Buenafuente en un diván psicoanalizado por Ricardo Darín

"El vacío de después". Una frase que esconde una realidad constante en los medios de comunicación. Ese bajón tras la adrenalina, esa soledad tras los aplausos, ese silencio tras la efervescencia del trabajo en equipo.

Porque, al final, la televisión es un trabajo en equipo que celebrar antes de que el grupo de creadores se disperse y se separe cuando salga el rodillo de títulos de crédito que despiden tal programa o tal serie. 

Y celebrar es lo que ha hecho 'Late Motiv' en su cumple-emisión número 600. Un capítulo redondo que ni siquiera se podía catalogar de especial, pues el propio formato ha logrado el título de especial en sí. 

En esta época de bulla superficial, 'Late Motiv' se ha transformado en un show de entretenimiento con conciencia.  Creatividad con sentido y sensibilidad, donde se puede escuchar y hasta reflexionar escuchando. 

La entrevista real está en peligro de extinción en la televisión generalista porque nadie ha abierto espacio a un programa valiente. Por suerte, existen autores de la televisión, como Buenafuente, que entienden que la buena televisión es la que cuida la complejidad de los detalles para narrar la mejor historia. 'Late Motiv' lo consigue atreviéndose allí donde otros no arriesgan. 

En este cometido, ayuda la tranquilidad que se adquiere cuando estás a gusto contigo mismo, con lo que haces y con lo que te rodea. Es lo que transmite el Buenafuente del hoy que, da la sensación, de que trabaja para salvar el oficio del artesano televisivo. Se trata del creador que no se queda en los clónicos cánones de las tendencias imperantes y se pone inventar con la fuerza de los malabares de la comedia. Tan necesarios en años de trincheras políticas y creativas.

Así 'Late Motiv' se está convirtiendo en un fondo documental inmortal que retrata el hoy sin demasiados eufemismos. Por eso mismo, cuando acabe para siempre este programa de Movistar Plus y El Terrat nada quizá provoque esa asfixiante sensación de vacío, pues Buenafuente y su equipo han dado vida a un formato tan inspirador que, entre risa y risa, sketch y sketch y entrevista y entrevista, otorga a espectador y ellos mismos las herramientas para sobrellevar cualquier resaca emocional, política o social. Incluso resaca de vacíos televisivos.

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