EN PERSPECTIVA

Loles León, el arte de la modernidad para 'Tu cara me suena'

Loles León
Loles León
EFE

Hay muchas tipologías de personajes populares, sí. Pero hay dos clases decisivas y contrapuestas de famosos, que marcan la línea roja para llevar a un mayor o menor triunfo a un talent show.

Están los estirados. Temen el qué dirán y, como consecuencia, no se dejan llevar del todo. Su coraza gana la espontaneidad. Su estatus social arrasa con cualquier flujo de naturalidad. Son postura y rígida compostura. Por ejemplo, Isabel Preysler puede ser un gran fichaje mediático pero, después, no da juego. Está más pendiente de las apariencias que de disfrutarlo. 

En el lado contrario, están los personajes populares incontrolables. Aquellos que entienden que la televisión es compartir, son generosos con el espectador a la hora de narrar sus experiencias e incluso saben reírse de sí mismos. No tienen miedo a la imperfección y, al final, no se dan una importancia que no tiene. Como consecuencia, salen a vivirlo con un arrojo aplastante. Salen a celebrar. Porque lo disfrutan. Es el caso de Loles León, fichaje estrella de la nueva temporada de 'Tu cara me suena'.

El concurso de imitadores de Antena 3 va camino de cumplir los diez años de emisión. El espectador siente que se las sabe todas sobre el juego y la nueva temporada necesita un equilibrio de personajes complementarios que entremezclen modernidad y experiencia. Paradójicamente, Loles León reúne los dos conceptos. Es una veterana de la escena que no ha perdido su vigencia porque atesora la energía de una espontaneidad imprevisible, clave en televisión.

Así conquistó a Raffaella Carrà cuando acudió como invitada a 'Hola Raffaella' y se terminó quedando como estrella habitual. Carrà y León cimentaron una gran complicidad que se transformó en amistad. El motivo: ambas hablaban el mismo código televisivo, que entiende que el espectador es tan inteligente como tú y que no hay que tratarlo con condescendencia. Raffaella, siempre creativamente traviesa, se desternillaba con la rapidez de reflejos de Loles para jugar en directo. Incluso para ironizar. Eso es moderno hoy. Eso hasta te puede hacer incómodo hoy.  Pero eso, a la vez, es el camino para avanzar de 'Tu cara me suena'.

Porque 'Tu cara me suena' necesita este tipo de personajes populares a los que les da igual despeinarse. No quieren ser perfectos, quieren ser como la gente. Y la audiencia les siente como suyos. Es más, les admira y hasta cuentan con tantas vivencias personales, que no temen compartir y comparten, que dan pedigrí de verdad al programa. Porque sus vidas tienen chicha, no son ricos de portada: aportan fruto de una experiencia llena de atrevimientos, osadías y vaivenes emocionales que impregnan al show la modernidad de estar de vuelta de todo. Porque eso en la televisión de hoy es ser moderno.

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