OPINION

Los comienzos como reportero de Roberto Leal, fichaje estrella de Antena 3 para 'Pasapalabra'

Roberto Leal en el año 2003.
Roberto Leal en el año 2003.

Sacar la naturalidad de la gente". Era la meta de Roberto Leal cuando hacía prácticas de reportero en la Universidad. Y así lo explicaba en una entrevista en Canal Sur en el año 2003.

El presentador aún estaba en la facultad de periodismo, pero ya daba en la diana de una de las bases del entretenimiento televisivo: intentar abrazar la fuerza de la naturalidad. Tan aparentemente fácil y, a la vez„ tan realmente difícil de conseguir en pantalla.

En estos días en los que ya se ha confirmado que Roberto Leal es el fichaje estrella de Antena 3 para presentar el nuevo 'Pasapalabra', es curioso ver las imágenes de sus comienzos por los pasillos, cafetería y aledaños de la Universidad cuando ya hacía de las suyas como aprendiz de reportero en 'Aula Abierta'. Se trataba de un programa de radio de contenidos universitarios desarrollado por alumnos de la Facultad de Ciencias de la Información de Sevilla.

'Aula Abierta' dotaba de 9 créditos a los estudiantes que trabajaban en su elaboración. Además de servir para coger práctica a los alumnos, claro. Aunque Roberto, por aquel entonces, ya había pisado grandes escenarios de la televisión nacional...

Cuando tenía 13 años acudió al mítico 'Hablando se entiende la basca' de Telecinco, que se grababa en el Teatro de la ONCE en el madrileño Paseo de la Habana. En este desenfadado programa de testimonios, que conducía Jesús Vázquez, Leal explicó como ingirió casi cincuenta brevas en su pueblo. Qué podía salir mal. ¿Tal vez un empacho? Y lo contó en la tele como si nada:

De nuevo, la naturalidad. Aunque con la inconsciencia infantil siempre es más sencilla de alcanzar. Pero, al final, esa espontaneidad ha ido acompañando siempre a Roberto Leal, en su larga trayectoria que antes de 'OT' estuvo curtida en programas de reporteros callejeros como 'España directo'. Formatos que son cantera para programas de entretenimiento.'.

En tiempos en los que se confunde perfección con la pose estudiada, los espectadores siempre abrazan a aquellos profesionales que son generosos para compartir su vida con la espontaneidad que lo relativiza todo. Incluso los errores.

Porque la audiencia quiere presentadores cómplices de su día a día, no telepredicadores que recitan desde artificiosos o altivos púlpitos. Roberto Leal no es perfecto, pero es querido. Porque, como ya decía en la Universidad, intenta toparse con esa naturalidad con la que nos sentimos partícipes de la televisión y sus profesionales.

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