Imaginación

'Los mundos de Yupi', el entrañable personaje que no brilló por Espinete

Los Mundos de Yupi
Los Mundos de Yupi
RTVE

La alargada sombra del carisma de Espinete siempre ha nublado el recuerdo de su sustituto, Yupi, un alienígena que aterrizó en la Tierra para intentar arreglar su estropeada nave espacial. A su lado, Astraco, que para algunos inspiró al personaje de Buzz Lightyear de Pixar.  Y lo cierto es que el parecido es más que razonable. Probablemente porque ambos se fijaban en la iconografía de juguetes clásicos. 

'Los Mundos de Yupi' fue un éxito. Aunque el programa sufrió el síndrome de ir a rebufo de 'Barrio Sésamo'. No obstante, fue creado para esquivar los derechos de la franquicia de 'Sesame Street' y, de paso, crear un producto aún más cercano a la idiosincrasia nacional. Pero las dos producciones se parecían demasiado e incluso el actor que encarnaba a Astraco era el mismo que estaba dentro de Don Pimpón (Alfonso Vallejo). Su voz le delataba. 

Sin embargo, a pesar de las odiosas comparaciones, Yupi mantuvo la destreza creativa de los programas infantiles de la época, que se cuidaban al detalle. De hecho, el pueblo español en el que aterrizaban estos extraterrestres se había creado a través de una minuciosa maqueta, que reproducía en escala hasta detalles que podían pasar desapercibidos en pantalla. Este pueblo sólo se avistaba en unos segundos en la cabecera del programa, pero la mimada artesanía era necesaria para potenciar ese mundo de fantasía.

Era el año 1988 y no había grandes alardes de efectos digitales. Ni falta que hacía. La magia de la tele ejercía su trabajo con esa creatividad que logra crear una nave espacial con recortes de cartón.

Y el resultado fue un programa que se parecía más a nuestra realidad que el conjunto de la propuesta de Barrio Sésamo. Aunque Yupi siempre sufriera la alargada sombra del cariño nacional a Espinete. Probablemente porque con su diseño se intentó emular tal cual las claves del éxito de Espinete: un travieso niño gigante que está descubriendo la vida. Pero, ya se sabe, o ya se debería saber, la imitación por repetición en la tele siempre suele salir olvidadiza.

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