OPINION

Los otros cinco secretos que deja 'Puente Viejo'

El secreto de Puente Viejo.
El secreto de Puente Viejo.

Tras casi una década en antena (3), 'El Secreto de Puente Viejo' se ha ido a fundido negro este miércoles. Lo ha hecho en prime time como fiesta final que apunta a otro rumbo que está tornando el horario de máxima audiencia de la televisión nacional: esta franja estelar también es un interesante escenario para colocar grandes 'premieres' que impulsan la imagen de marca de cada cadena.

De esta forma, Atresmedia da una despedida digna a 'El Secreto de Puente Viejo' con la que, además, proyecta la sensación de que la producción no ha sido un serial más: ha sido un hito. De hecho, se ha vendido internacionalmente alzándose como un fenómeno televisivo en Italia. Y es que probablemente los italianos echarán más de menos a esta ficción que los propios españoles, pues en los últimos tiempos la producción había evidenciado cierto desgaste en una tarde de Antena 3 en la que, ahora, mandan los concursos. Pero también Atresmedia deberán pensar un tramo de programa en directo vivo para dar más fuerza a su hábitat vespertino.

'El Secreto de Puente Viejo' ya es historia. Pero su historia nos deja otros secretos claves para el triunfo de los seriales de época que vengan... Secretos para enganchar a una audiencia con menos paciencia que nunca:

1. Imposible perder el hilo. El guion de 'El Secreto de Puente Viejo' siempre ha estado planificado para que el espectador pueda incorporarse a la historia prácticamente en cualquier instante. Muy sencillo de seguir las tramas y comprender lo que acontece incluso mientras hablas por teléfono, friegas los platos, haces esgrima o juegas a la petanca. El serial clásico se entiende a la perfección sin necesidad de prestar más atención de la cuenta y, de paso, facilitando el reenganche del televidente infiel, que se pierde algún que otro capítulo. También es una de las claves del éxito de 'Sálvame' en Telecinco.

2. Romanticismo de época. Cualquier tiempo pasado fue mejor en series como éstas: pues te llevan a otro tiempo donde todo parece más romántico, más épico y más pomposo. La ensoñación es clave. El envoltorio rococó del principio del siglo XX convierte a Puente Viejo en un paraíso para la imaginación nostálgica de un espectador que fantasea con unos años donde había más prejuicios y, por tanto, también se siente más romántica la lucha por alcanzar amores prohibidos. Aunque fueran años más oscuros de los que pinta la telenovela.

3. Cantera de actores. 'El Secreto de Puente Viejo' ha apostado por nuevos talentos de la interpretación. Y lo hace sin temer que los personajes deban recitar exageradas parrafadas de diálogos. A simple vista, esta forma de actuación es artificial. Pero, en el consumo del público de este tipo de ficción de tarde, este tono sirve para inyectar al guion de un impulso en sentimentalismo vintage. La serie también ha intentado que la historia no se estirara de más. Así ha roto con los protagonistas (matándolos si hacía falta) y renovando su elenco para generar nuevos conflictos. De esta forma, se ha frenado la pérdida de fuelle de personajes y se incorporaron nuevos intérpretes estelares que han servido para levantar el interés por el culebrón. O intentarlo.

4. El envoltorio acogedor. En sus nueve años de vida, la serie ha ido creciendo hacia una fotografía más colorida, más clara y con una textura más suave. Menos plúmbea que otras producciones del mismo género que triunfaban cuando llegó, como 'Amar es para siempre'. El espectador no es consciente, pero el resultado final de este envoltorio visual, al ser más luminoso, es más agradable de ver. También en la banda sonora, que en la memoria colectiva de la audiencia adulta suena a prestigiosas series de TVE de los ochenta, como 'Fortunata y Jacinta'.

5. Clásicos populares. No importa que los decorados evidencien su artificio, que la fuente de la plaza del pueblo parezca de cartón, que arda la iglesia y no se vea ni un sólo plano del incendio y que los figurantes estén perdidos y sobreactuados al fondo de las escenas: el  buen culebrón se cimenta en el primer plano que enfoca temas emocionales clásicos, que son reconocibles por universales y siempre funcionan. No tienen fecha de caducidad: amores imposibles, asesinatos, hijos ilegítimos, lucha de clases, enfermos que se hacen los enfermos, sacerdotes buenos que son los malos… Y siempre los roles y contradicciones de los personajes están llevadas casi al extremo. Ese debe ser el gran secreto de Puente Viejo. Porque para competir a la hora de la siesta en la televisión de hoy parece que hay que tener muy clara, exageradamente clara, la historia.

PODCAST ))) Entrevista con Silvia Marsó

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