OPINION

¿Los realities fracasan en verano? El problema de una TV conformista

Campamento de verano
Campamento de verano

¿El verano no es tiempo para realities? Mientras Netflix lanza platos fuertes como 'La Casa de Papel' o 'Stranger Things' en el estío, las cadenas de televisión tradicionales bajan el volumen de producción en directo. El motivo está en que las compañías de pago deben crear citas todo el año para mantener la fidelidad de suscriptores y las vacaciones son un buen momento para su público, que busca romper con la rutina con determinados tipos de series.

Pero en la televisión en abierto la inversión publicitaria disminuye y la fuerza de las audiencias decae. Es mejor tirar de docushows, probar pequeños formatos nuevos de cara a la nueva temporada o apostar por programas enlatados de más ajustado presupuesto. Mejor no arriesgar demasiado.

Lejos quedan aquellos tiempos en los que Telecinco probaba un 'Supervivientes' lowcost llamado 'Campamento de Verano' para no bajar la guardia del vigor de su oferta de vidas retransmitidas en tiempo real.

Era 2013 y la cadena de Mediaset demostraba que sabía sacarse de la manga, en tiempo récord, un reality diferente que, en realidad, era lo mismo de siempre. Una vez más, se reciclaba el cóctel de cobayas aventureras, morbo ilimitado, sufridas travesuras, conflicto impostado y carnaza a prueba de audímetros. Y el programa generó polémicas mediáticas de usar y tirar con fichajes estrella como Lucía EtxebarríaKarmele Marchante. Menuda mezcla.

Pero, en cambio, 'Campamento de Verano' no trascendió en la audiencia.  No obtuvo el respaldo social, dejando un aprendizaje que ha sentado precedente: no se puede hacer un reality comodín, para rellenar varios horarios de máxima audiencia, sin un objetivo creativo claro.

La pelea inducida no funciona si la tele-realidad carece de una identificable motivación por parte del televidente. No basta el mal rollo. El buen reality necesita una premisa definida, un desarrollo claro para favorecer una evolución de las tramas hacia una meta con cierto sentido. 'Campamento de verano' se notaba que era un corta y pega de otros realities y 'Sálvame' sin una entidad rotunda. 

Y, aunque lo parezca, el público no se conforma cualquier cosa. Ni siquiera el de Telecinco, cadena que ha conseguido una legión de fieles que no suelen fallar... hasta que los rivales contratacan con 'chicha'.

Como consecuencia, da la sensación que las cadenas no quieren realities con pretensión en la temporada veraniega, Esos programas que necesitan fichajes como reclamo y una buena estructura televisiva para que no decaiga el interés a las dos semanas de su estreno. Y eso supone un gasto que se ve como inversión de riesgo.  Y las inversiones de riesgo mejor que cierren por vacaciones, pues hay menos publicidad.

Pero los grandes grupos de comunicación en vacaciones deben de seguir alimentando su oferta para ser más competitivos durante el resto de la temporada. El periodo estival es un buen caldo de cultivo para probar nuevos realities en directo de presupuesto ajustado. Incluso la competencia de Telecinco podría intentar captar público de su rival atreviéndose a realities en vivo. Pero, en el ámbito de los programas de entretenimiento, las cadenas tradicionales se han convertido en demasiado conformistas con lo que (ya) tienen. Y el conformismo es un obstáculo para avanzar.

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