En 'La última cena'

María del Monte y lo que retrata la risa que ha provocado a Jorge Javier Vázquez en Nochebuena

María del Monte en 'La última cena' con guitarra en mano.
María del Monte en 'La última cena' con guitarra en mano.
Captura Mediaset

La risa espontánea de Jorge Javier Vázquez ha sido la banda sonora de Telecinco en esta Nochebuena. Buena señal, pues significaba que el presentador estaba disfrutando del especial maquinado por Mediaset para destacar en el prime time del 24 de diciembre. 

La cadena privada ha optado por desempolvar 'La última cena'. Inconfundible para los fieles a la emisora. Porque esto no es más que otra versión de 'Sálvame' con un concurso de cocina como excusa para que surja algún conflicto o algo. Y así nadie se despista: es Telecinco haciendo de Telecinco, con sus estrellas más reconocibles y su presentador de referencia.

Encima es un estreno sin un gran gasto económico, ya que ni hay que invertir en un decorado para la ocasión. Sólo movilizar a los personajes del 'Deluxe' y customizar un poco las desgastadas cuatro paredes del plató de 'Sálvame'. Decorado bien amortizado, desde luego. De hecho, ya se observa deslucido y mustio por el lógico paso de los años.

Pero no bastaba con ver, de nuevo, cocinar a Belén Esteban. La inteligencia del espectáculo ha estado en elegir dos parejas de concursantes que vistieran un poco para que esto pareciera un especial de Nochebuena. Con cierto caché, vamos: Santiago Segura y Paz Padilla frente a Toñi Moreno y María del Monte. Cuatro profesionales de la televisión dispuestos a ir a jugar. Jugar literalmente, cuando han guisado la cena y cuando estaban a otros menesteres. Y es que los cuatro estaban con su instinto de la televisión despierto, especialmente María del Monte que ha removido la fórmula de 'Sálvame' hasta propiciar esa risa contagiosa de Jorge Javier que no significaba otra cosa que la grabación iba bien. Muy bien.

María del Monte es una de nuestras grandes showoman gracias a su rapidez de reflejos para el doble sentido y el sarcasmo instantáneo. Canta, pero también sabe mirar a su entorno. Está al quite con la inteligencia de la ironía que (casi) todo lo puede calmar. Incluso cualquier marejada de la tensión que busca un espacio como 'La última cena'.  Cualidad que María del Monte ha demostrado siempre en los programas que ha conducido, pero esta noche además ha evidenciado cómo se puede dar la vuelta a 'Sálvame' desde dentro con la habilidad para relativizar los mimbres del propio show. Relativizar, palabra tan decisiva en el mundo audiovisual y que tan poco se aplica...

El programa tenía claro que no era noche para los morbos cotidianos de sus dimes y diretes, era noche para intentar acompañar desde la risa, el surrealismo y el villancico. Pero las salidas cómicas de una traviesa María del Monte, junto a la desdramatización honesta de su compañera de competición Toñi Moreno, han recordado que 'Sálvame' y su mundo es más poderoso cuando no se toman demasiado en serio que cuando intentan hacernos creer que se va a terminar el mundo cada cinco minutos. Entonces, Jorge Javier Vázquez no se ríe con la espontaneidad que le brota con los ingeniosos comentarios (y bailes) de María del Monte. El público, tampoco.

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