OPINION

Mediaset fulmina 'Noticias Cuatro': los vaivenes de un canal que no termina de encontrar su sitio

Gabilondo en los comienzos de Cuatro
Gabilondo en los comienzos de Cuatro

Cuatro nació en 2005 como una cadena dirigida a un público urbano de clase media-alta. Su primera emisión fue toda una declaración de intenciones: tras una vanguardista introducción, 'Noticias Cuatro' era el primer programa que abría el canal con Iñaki Gabilondo como prestigioso narrador de la crónica informativa.

Así Cuatro demostraba que venía en serio. Es más, sacaba pecho con Gabilondo. La cadena de Prisa había llegado con una programación dispuesta a revolucionar la tele. O, al menos, que pareciera que venía a revolucionar la tele. Y, en cierto sentido, sí revolucionó un sector en el que el secreto está en definir bien la marca. De hecho, los primeros meses de Cuatro representaron el mejor lanzamiento de una cadena en la historia de la televisión en España.

En su nacimiento, el canal supo articular una estructura de programación estable. Nada se tocó en la programación en sus tres primeros meses, aunque existieran fracasos, para que el espectador tuviera el tiempo suficiente para conocer el canal e interiorizar sus contenidos. Además, se diseñó una versátil línea de continuidad que no sólo identificaba el nombre  del canal. Los grafismos hablan al espectador con una complicidad que convertían al público en partícipe de la emisora, mientras iban recordando los horarios y programas del nuevo canal.

Una imagen corporativa con estilo propio, notablemente diferenciada del resto de los canales, y unos contenidos que intentaban diferenciarse de las otras cadenas congregando a ese codiciado público de clase media y urbano. El resultado se convirtió en atractivo para la inversión publicitaria. Y es que que Cuatro convocaba a la audiencia más jugosa para los anunciantes gracias al mimado enfoque de sus programas y autopromociones.

Un potente target comercial que interesó a Mediaset para complementar el perfil de audiencia que estaba escapando de su televisión principal, Telecinco, debido a su transformación en un contenedor especializado en realities en directo y polémicas rosas. De esta manera, al hacerse realidad la absorción de Cuatro por Telecinco en 2009, el Consejero Delegado de Mediaset España, Paolo Vasile, declaró: “Con Cuatro no hemos comprado una frecuencia, sino una línea editorial”.

Pero la realidad empresarial ha hecho que, con el paso de los años, Mediaset haya centralizado sus fuerzas en Telecinco, desvirtuando la imagen diferenciada de Cuatro. La tele roja ha visto como sus audiencias han disminuido y su influencia social se ha desvanecido. Tanto que esta semana se ha conocido el último giro de guion en el porvenir de Cuatro: Mediaset ha decidido cancelar el buque insignia con el que nació el canal, 'Noticias Cuatro'. A mediados de este mes de febrero, la cadena cancela el programa que empezó con Gabilondo al frente. Desaparecen los informativos, al menos, con la fórmula que ha funcionado hasta ahora, siguiendo la tradicional apuesta de dos ediciones convencionales. La noticia del fin de las noticias en Cuatro, publicada en primicia por ElTelevisero.com, ha dejado en 'shock' al panorama periodístico.

En España no estamos acostumbrados a canales generalistas de primera línea sin ediciones clásicas de servicios informativos. Los 'Telediarios' son claves en la reputación e influencia del canal, además organizan la programación al servir de ejes estructurales en el mediodía y en la noche. Pero la realidad es que, en los últimos tiempos, Cuatro se ha ido convirtiendo en una cadena más pegada a contenidos de ficción y docushows

Mediaset podría haber optado por el camino de competir frontalmente con 'La Sexta' a través de Cuatro, pero ya canceló 'Las Mañanas de Cuatro', su tertulia matinal periodística en directo. Esta controvertida decisión supuso un crecimiento de audiencia de 'Al Rojo Vivo' de La Sexta, lo que arrastró negativamente a la primera edición de 'Noticias Cuatro'

Un efecto dominó de decisiones para un canal que ha acabado 2018 con un mala tendencia al cosechar un 6,0 por ciento de cuota de pantalla de media, una décima menos que en 2017, y 9 décimas por debajo por La Sexta. Es evidente que Cuatro necesita rediseñar su marca para que, de nuevo, sea complementaria al resto de la oferta de un grupo en el que todo gira para facilitar el liderazgo de Telecinco. Lo que ha sido fatal para preservar la identidad de Cuatro.

Cuatro debe precisar su caótica línea editorial de contenidos

Que desaparezca un buen informativo siempre es una mala noticia, pero las noticias de Cuatro ya no encajaban con el tono del rumbo que ha tomado el actual Cuatro, un canal de entretenimiento privado que destaca en audiencias cuando apuesta por 'docushows' y ficción. Quizá el problema está en que el canal no ha sabido adaptar sus informativos al lenguaje de su público potencial con espacios de noticias creíbles conectados con las nuevas narrativas. Porque el buen y contrastado periodismo no está reñido con nuevas formas de presentar la información. Y ahí hay un interesante nicho de negocio por explorar, aunque todavía no lo parezca en tiempos en el que el espectáculo del entretenimiento lo impregna todo, incluso los informativos.  

Pero, de momento, Cuatro sigue buscando su sitio con nuevos programas. Esta semana, ya ha estrenado 'Todo es mentira' con Risto Mejide, una revista con pretendidos aires de comedia que analiza universo de información viral. También prepara un espacio de información de tarde con Carme Chaparro. Dos nuevos programas que, en cualquier caso, necesitarán tiempo para asentarse en una programación que ha perdido presencia en los últimos años, probablemente para apuntalar la visibilidad del liderazgo de Telecinco, que es donde Mediaset centraliza el peso de sus estrategias televisivas. Un grupo de televisión que basa su táctica de negocio y rentabilidad en la 'fastTV' del espectáculo del entretenimiento ligero más que en la esencia del periodismo clásico. No es nada nuevo, en eso no hay sorpresas.

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