OPINION

El regreso de Mercedes Milá, un nuevo giro para su carrera después de 'GH'

Mercedes Milá presentación Movistar Plus
Mercedes Milá presentación Movistar Plus
Mercedes Milá presentación Movistar Plus
Mercedes Milá con María Ruíz y David Moncansi (de Zanskar, a su izquierda) y Fernando Jérez y Maria Jose Rodriguez  (de Movistar Plus, a su derecha).

Dice que ha desterrado el miedo, pero lo que está claro es que no ha perdido su curiosidad. Mercedes Milá regresa. No será ni en Telecinco ni en La Sexta ni en TVE, donde estuvo apunto de conducir ¿Cómo lo ves?, un formato que terminó presentando por Carlos Herrera. Milá no lo hizo porque la actual dirección de la cadena pública consideró que era conflictiva. Esa misma cadena pública en la que, en otra época, Milá fue la primera en nombrar a los GAL en televisión o realizar entrevistas que pusieron en brete al Gobierno, como la aparición en el programa El Martes que Viene (1990) de Juan Guerra, hermano de Alfonso Guerra.

Es evidente. Televisión Española ha retrocedido con argumentos como este, que sólo esconden censura a profesionales independientes. No así Mercedes Milá, que sigue avanzando con esa responsabilidad combativa que siempre ha representado su trabajo. Una característica que nada tiene que ver con ser conflictivo. Al contrario, es un valor añadido para terrenalizar la televisión y alcanzar un todopoderoso compromiso de honestidad con el espectador.

Milá se implica hasta las trancas. O, en su caso, hasta el bolo. No sólo sabe escuchar, también sabe mirar a su alrededor para enfilar el gesto, el susurro o incluso el suspiro. "No me haga estos suspiros tan hondos", soltó a Suárez cuando este retrasó la contestación a la pregunta de quién había querido atentar por su vida. Y el ex presidente del Gobierno terminó contestando. Claro que contestó.

Más de 40 años en televisión en los que no ha tasado entrevistados de primera y segunda, cuatro décadas en las que hasta ha conducido un mastodóntico formato como Gran Hermano sin perder ese carácter que puede con todo. A veces, da la sensación que hasta consigo misma.

Ahora transmite la impresión de que en la pausa, tras su último Gran Hermano, ha recuperado esa esencia indestructible de Milá, que se sustenta en su espontánea e imparable curiosidad y que, en este momento de su vida, además, también incorpora con vigor un especial efecto de identificación del espectador. La audiencia se siente reflejada más que nunca en una Mercedes que inspira: por su experiencia profesional -curtida en cientos de entrevistas y formatos- y por su bagaje emocional, que es un luminoso espejo para muchos.

Así que necesitábamos ya a Milá, de nuevo, en la televisión nacional y Cero de Movistar Plus se ha apuntado el tanto con Scott & Milá. Para empezar, serán ocho programas que llegarán en octubre. Cada uno con una temática de identidad diferencia, en los que se mostrará la relación de Merecedes Milá y universos cotidianos de calado social. O algo así, pues el programa es de los que se irá construyendo según avance la grabación.

Sin plató, con su perro como coprotagonista en el nombre del "show" y producido por Zanskar (la compañía de Jesús Calleja y María Ruíz), los responsables de este espacio pretenden sacar a Milá de su faceta de periodista. Ay, ingenuos, como si eso fuera posible... Porque Mercedes Milá es en sí misma periodismo. Ese periodismo intrínseco que palpa, intuye, descoloca, radiografía y ordena los detalles hasta crear un clímax perfecto para que brote la autenticidad.

Scott & Milá está dentro del género televisivo de factual. Vamos, un documental de toda la vida. Una dinámica de programa que funcionará muy bien en los nuevos consumos bajo demanda. Y ya nace con algo a su favor: para Mercedes Milá es un nuevo giro en su carrera. Para ella, un formato nuevo, que es diferente, que supone un aprendizaje. Tiene un punto de riesgo fuera del área de confort.

Y la televisión crece gracias al riesgo. De ahí que avance tan poco en España, porque hay pocos directivos que, de verdad, hoy arriesgan.  La mayoría, tal vez, aún no han desterrado su miedo al cliché de lo conflictivo para permutarlo por el atrevimiento por lo genuino. 

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