OPINION

No tires tus viejas películas en VHS o DVD o quizá no las puedas volver a ver

Alfred Hitchcock
Alfred Hitchcock

Existe cierta percepción social de que ya no hace falta guardar en formato físico esas películas favoritas que se atesoraban como una joya en casa, ya fuera en VHS, DVD, Blu-ray o incluso laser disc. Bueno, laser disc tal vez sea lógico.

Socialmente, se ha interiorizado que todo el cine y las series van a estar disponibles, a sólo un clic, en Internet. Pero lo cierto es que el mercado de derechos provoca que los catálogos de las plataformas bajo demanda sean reducidos y grandes clásicos del cine no estén disponibles en ninguna compañía de estas características.

Peor aún sucede con el cine independiente de nuestro país, que puede acabar siendo invisible si no se protege un sector en donde Filmin, como bajo demanda especializado en la ficción de autor, todavía pasa desapercibido al ser engullido por las grandes inversiones en campañas de márketing de los operadores norteamericanos. Empresas como Netflix saben que más importante que su volumen de derechos es la capacidad de alimentar su 'simpatía' en la percepción de los usuarios.

Pero, en paralelo, el espectador sufre una frustración cuando busca películas que ansía descubrir o volver a ver y, en cambio, no encuentra en ningún lugar.

No hay que tirar las viejas películas, porque quizá no sea tan fácil localizarlas en el futuro como parece. El problema estará en que los espectadores cuenten con reproductores tecnológicamente actualizados para poder seguir consumiendo tales obras que guardan en su formato analógico.

Ahí se abre un nuevo e interesante mercado, como ya sucede en la industria de la música con el regreso a la textura sonora de los vinilos. Habrá una oportunidad para lanzar pequeñas tiradas de películas como colección exclusivas. Una nueva necesidad de consumo que se logra cuidando el empaquetado y el diseño del producto para crear una experiencia que va más allá del visionado. Al final, no es un objeto: es un recuerdo vivo para la posteridad y hasta para colocar en un lugar prioritario en el hogar.

Pero, de momento, nada de deshacerse de esas pelis que nos marcaron y guardamos como un tesoro. En una época en la que creemos que todo está en la nube, donde parece que es posible aligerar por completo equipajes vitales, puede que nos arrepintamos de deshacernos de esa historia que nos marcó y que, en cualquier instante, querremos volver a sentir. Y, entonces, quizá no esté 'colgada' en ningún lugar y sintamos el vacío.

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