OPINION

Paquita Salas y su vínculo con Madonna (que esconde un trasfondo decisivo en la serie)

Paquita Salas
Paquita Salas

El vínculo de Paquita Salas con Madonna tiene nombre propio. Su representada en la ficción, Belinda Washington, fue la estrella encargada de conducir en la vida real el único programa especial que aceptó realizar la reina del pop en una cadena de televisión en España.

Madonna ya había dado una surrealista entrevista a Martes y 13 en un hotel y hasta participó en 'Séptimo de Caballería' con Miguel Bosé. Pero sólo una vez en la historia acudió a la sede de una cadena de televisión española para protagonizar un show hecho a su medida. Fue en 1998, en los Estudios de Mediaset.

Madonna eligió a Telecinco y Telecinco eligió a Belinda, pues Belinda era su presentadora más prometedora. Washington disfrutaba de su edad de oro televisiva. Su espontaneidad hacía que aquello que tocaba se mutaba en lo que se entiende por éxito. Pero sólo lo que se entiende por éxito, que quizá no siempre es sinónimo de éxito real en la montaña rusa de sentimientos que supone la fama.

Hoy, 21 años después, pocos recuerdan el acontecimiento que supuso la entrevista de Belinda a Madonna. Porque vivimos en una era de memoria menguante, donde parece que sólo queda lo último, donde prevalecen los errores a los aciertos y en donde las trayectorias se desvanecen. E incluso se desprecian. Pero, contra todo esto, Paquita Salas es un antídoto.

La serie ha traspasado socialmente porque desmonta con la corrosión de la inteligencia todas estas toxicidades de la simplificación de las redes sociales, los vaivenes de la falacia del éxito y el desdén hacia la cultura popular que la televisión de los noventa aprovechó tan bien, pero que ha sido denostada por una mediocre televisión posterior.

En este sentido, Javier Calvo y Javier Ambrossi, directores y autores de 'Paquita Salas', han sabido mirar más allá, sin esnobismos, hasta dibujar una apasionante iconografía de lo que nos define, incluyendo lo que algunos denostaron y desprecian. Aunque la sociedad lo abraza. Una catarsis a través del humor que da risa a la vez que lágrimas, porque habla de nosotros mismos, de nuestras inseguridades, de nuestros miedos, de perdonar los errores, de aprender a intentar querernos como somos.

Al final, 'Paquita Salas', con la interpretación de Brays Efe y Belén Cuesta como brújula, es un gran homenaje en el que los protagonistas son aquellos que la sociedad del usar y tirar etiqueta como perdedores cuando son los verdaderos triunfadores. Los supervivientes, como la propia Paquita se describe en la biografía de Twitter. Porque se reinventan, porque relativizan, porque dan la cara, porque desvanecen los fantasmas del pasado, porque se atreven a seguir ilusionándose.

Belinda Washington representa a esa estirpe de presentadoras y actrices que entrevistaron a Madonna, sí, en la cima del éxito volátil, pero que siguen ahí como la primera vez aunque no estén en la primera línea de fuego.

Ellas. Belinda, Terelu Campos, Lidia San José, Ángeles Martín, Anna Allen o Yolanda Ramos son esas mujeres que saben que no son como dicen algunos "pasado", porque sólo existe el presente. 

Una serie que traspasa porque nos recuerda que las realidades son más complejas que un 'tuit', que las segundas oportunidades no son ficción, que necesitamos preguntarnos menos por qué me pasó a mí y más cómo podemos salir de esta, que hay imperfecciones que nos hacen más auténticos, que hay que salir a buscarte cuando las estrellas se ven más brillantes. Una serie que nos emociona porque, aunque no aspiremos a ello, todas seremos en el futuro un poco Paquita Salas.

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