OPINION

Paula Vázquez: el objetivo decisivo que logra en 'Fama, a bailar'

Paula Vázquez, Fama a bailar
Paula Vázquez, Fama a bailar

Todas las fotos de los concursantes de 'Fama a bailar' presiden la pared del camerino de Paula Vázquez en la antigua fábrica de Roca en Alcalá de Henares, lugar que acoge la presente temporada del talent show de baile de Movistar.

Todas las instantáneas, con el nombre de cada participante bien apuntado. Así Paula recuerda el quién es quién, no vaya a ser que se olvide como en la primera vida de 'Fama' en Cuatro, que había tanto trajín de bailarines que se convirtió en un gag cómico ver como se liaban con los nombres artísticos de tanto bailarín.

Mucho ha cambiado 'Fama' desde entonces. Paula Vázquez es de lo poco visible que continúa de aquella etapa. Ahora el concurso es menos reality y más talent show. El equipo de la productora Zeppelin ha realizado una revolución en la apuesta visual que entra por los ojos de los públicos televisivos pero, también, de los públicos que consumen la tele a través de las redes sociales. Grafismo con un diseño a la altura de las visionarias y versátiles tendencias internacionales, realización con una fotografía acogedora y un claustro de profesores de primer nivel. Consecuencia: logran unas coreografías que propician una experiencia especial. En 'Fama' no sólo se baila, también luce el baile y el espectador siente lo que ve. Incluso con la percepción de que asiste a un acontecimiento especial.

'Fama' está más profesionalizado que nunca. En nuestro país, los bailarines están más preparados que antaño. Ya no estamos en la televisión de los setenta, cuando Valerio Lazarov tuvo que viajar a Londres para hacer un casting e inventarse para sus programas al famoso ballet Zoom. Ahora la juventud está lista para asaltar la mejor tele. Como demuestra la escuela de alto rendimiento de 'Fama'.

Sin embargo, sólo con la escuela de alto rendimiento y las galas diarias no basta. Porque 'Fama' es un programa de televisión -no una escuela de baile-. El espectador tiene que tener tiempo de conocer para querer a los concursantes y, además, como buen programa de televisión, el show siempre necesita un vínculo entre el espectador y lo que pasa dentro de la televisión. En 'Fama, a bailar' ese nexo de unión es Paula Vázquez.

De hecho, su función como presentadora es decisiva. Porque su papel no sólo sirve para organizar la información de lo que acontece en la escuela y guiar al público en las tramas que conforman el programa: Vázquez inyecta una energía que impulsa el interés en el show, al mismo tiempo que lo terrenaliza. Su carácter aproxima lo profesional a lo personal con una pasión que hace más asequible, vibrante y cómplice el concurso.

Luego dirán que la figura de los presentadores no marca el devenir de los programas. 'Fama, a bailar' no sería lo mismo sin Paula Vázquez. La comunicadora ha llegado a un punto de su trayectoria profesional que hace sencillo lo complejo. Porque con intuición dota de naturalidad el guion y, a la vez, lo impregna de una pasión que deja pegado al público, porque lo convierte en cómplice de lo que sucede. Crucial en un programa como 'Fama', en donde la excelencia profesional puede alejar la empatía emocional que hace que el espectador conecte... o desconecte.

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