OPINION

Payasín, el terrorífico spin-off de 'Gran Hermano'

Payasín
Payasín

Es Payasín. Alcanzó la popularidad por sus apariciones estelares en las noches de halloween de 'Gran Hermano'. La creatividad de los guionistas de la tele-realidad convirtió a este ser en un icónico personaje para los fieles de Telecinco. Tanto, que ha terminado trascendiendo a la casa de Guadalix de la Sierra para alzarse como personaje recurrente de la cadena.

Y los de 'Sálvame', que son expertos en exprimir cualquier personaje y llevárselo a su terreno, han hecho suyo a Payasín para que descoloque a los 'colaboradores' y presentadores del programa de Telecinco.

De hecho, Payasín ejemplifica una de las capacidades de 'Salvame' para sobrevivir una década después en Mediaset: no permitir que nadie se acomode. Aunque el programa viva un eterno bucle de tramas repetitivas que funcionan por universalmente básicas y aptas para cualquier patio de vecinos, los responsables del show de las miserias ajenas siempre cuelan elementos que dinamizan el espectáculo y despiertan al espectador de la siesta a carcajada limpia. Porque en televisión, como en la vida, es un motor más importante el humor que la indignación. 

Así Payasín se está ganando una fijeza o contrato de cadena en Telecinco como fantasma que puede aparecer por los pasillos dispuesto a estampar una tarta de merengue a cualquier personaje de la cadena.

Es la grandeza para el éxito duradero de 'Sálvame': los creadores del programa no cuentan con demasiados complejos para tensar la cuerda de las ideas e incorporar, como protagonista recurrente, a lo que simplemente era un susto para otro programa.

Payasín ya es una spin-off de 'Gran Hermano'. Payasín ya tiene vida propia. Es un emblema. Ha dejado de ser una terrorífica aparición estelar en la noche de los muertos de un reality para alzarse, por obra y gracia de 'Sálvame', en un entrañable producto más de la fauna de Mediaset.

Un personaje transversal para desengrasar una parrilla que tiene la intuición para estar energeticamente viva aunque caiga en la repetición. Porque su programación diaria no es estirada, no es snob. Está decidida a jugar con una rapidez de reflejos pasmosa para entender cuando un Payasín tiene el potencial para movilizar la programación y crear puntos álgidos de interés en el público.  Aunque sólo sea una semana.

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