OPINION

Pekín Express: los 5 puntos fuertes de la temporada de Cristina Pedroche

pekin finalistas
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Pekín Express ha llegado a su final. Será el próximo lunes. No ha roto los shares de audiencia de Antena 3 (ayer 13,1%), pero ha triunfado en fervor en las redes sociales gracias a que ha sabido conjugar cinco puntos claves en cualquier programa de aventuras.

1. Casting que engancha. Los concursantes de Pekín Express no sólo han estado ansioso de la experiencia, también de fama. Y se ha notado. Son fans de la tele y juegan constantemente a favor del show. Sufren, se emocionan y se dejan llevar ante la cámara. Están por encima de la competición, disfrutan de su gloria catódica, aunque terminen pareciendo unos psicóticos.

2. El montaje. El programa logra mantener la emoción en alto de principio a fin, a pesar de las interminables pausas publicitarias. Una realización que no confunde ritmo con prisas y que es traviesa: sabe engañar a un espectador, que no vislumbra fácilmente los ganadores. Sólo sabemos que Canarias y Cuñados son finalistas.

3. El conflicto. Pekín Express es más un género 'docu' que un 'reality' al uso, y eso ha pasado factura en lo que audiencias se refiere en un canal de las dimensiones de Antena 3. Aunque el programa sí que ha contado una historia con una magnética dramedia, a medio camino entre el drama y la comedia. Hasta desquiciar, en algunos casos, a los tuiteros. Y es que lo mejor del formato es que los participantes no han dejado indiferente a nadie, despertando en el público amores y odios. E incluso amores odiados.

4. La ruta de los mil templos. Aunque siempre esté en un plano secundario, el recorrido de cada edición Pekín Express tiene mucho de aspiracional para el espectador. Un latente programa de viajes donde descubrir, aprender y hasta soñar desde el sofá con ser participante.

5. Los retos. Todo buen programa de tele-realidad que se precie debe maquinar pruebas que propicien giros dramáticos. O, lo que es lo mismo, que amplifiquen los conflictos y las tramas del programa. Sucede en MasterChef. Sucede en Gran Hermano. Sucede en Pesadilla en la Cocina. No iba a ser menos Pekín Express. Sin embargo, Pedroche ha estado demasiado seria en su cometido de guiar a los participantes. Se ha echado en falta que la recién estrenada presentadora jugara más. Es lo que pasa cuando en televisión se prefiere centrar todo en la tensión y en la emoción de lágrimas, y no en la frescura de la espontaneidad que se sabe reír de sí mismo. Esa espontaneidad de la que el último casting de Pekín Express ha ido sobrado.

@borjateran

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