OPINION

¿Por qué la mítica telecomedia '7 vidas' ha envejecido tan mal?

7 Vidas
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El protagonistas más recordados de 7 Vidas.

Un avispado usuario de Twitter, @Serjfield, ha recuperado un fragmento de 7 Vidas en el que el personaje de Toni Cantó, David, vaticinaba el futuro del propio actor: "Oye, ni remordimientos ni mala conciencia, tú. Debería dedicarme a la política", decía. Y, claro, el chascarrillo del fragmento de la sitcom ha conquistado a las redes sociales. 

El guion de 7 Vidas se adelantó al futuro por un momento. Aunque, en realidad, la telecomedia ha envejecido mal, ya que no es una serie pensada para la reposición o el revival de capítulos. Al contrario, 7 vidas (1999-2006) cuenta con una importante dosis de un humor muy temporal, construido a través de chistes de política o parodias de la actualidad del momento en el que se emitía la producción. Guiones, por tanto, con pronta fecha de caducidad. Vistos en 2018, no se entienden como antaño. Se han quedado desfasados.

La vigencia del guion pegado a la actualidad es la brecha que distingue a 7 Vidas con otras comedias de éxito que han traspasado el tiempo, como son Aquí no hay quien viva (2003-2016) o La que se avecina (2007 - sigue en emisión), que llevan años reponiéndose, una y otra vez, desde su primera temporada con éxito en canales temáticos como Neox (Atresmedia) y Factoría de ficción (Mediaset), respectivamente.

La imagen de las tres comedias, al estar grabadas con factura de vídeo guerrillero de rodaje noventero en plató televisivo, han envejecido mal en factura visual. Pero, a diferencia de 7 vidas, las dos teleseries sobre vecinos tratan temas -delirantemente- universales que se mantienen vigentes, mientras que 7 vidas contaba con gran dosis de sátira social de la época en la que estaba inmersa el país en los años en las que se emitió la serie. "-¿Sabes lo más patético que he hecho?-¿Pedirle un autógrafo a una de El bus?", ironizaba el personaje que encarnaba Anabel Alonso tras el fiasco de aquel reality a rebufo de Gran Hermano en Antena 3, que ya pocos recuerdan. Tampoco faltaba la crónica política con gags sobre Aznar, Fraga, Zapatero o compañía.

7 vidas no tenía miedo a tratar la política real, tampoco a crear diálogos con crítica de la realidad social. Era una serie con ideología, y eso hizo más grande las tramas cotidianas de 7 vidas, la sitcom por excelencia de la historia de la televisión en España que, además, hizo honor a su nombre desde los principios, pues llegó a tener 7 vidas con sus diferentes planteamientos y con un elenco de actores variante.

De hecho, la primera temporada no funcionó como se esperaba, pero la paciencia de los programadores de aquel Telecinco, con una dirección que creía en el producto para consolidar su marca de cadena joven comprometida con su época -cómo hemos cambiado-, hizo que 7 visas fuera ganando en adeptos y se convirtiera en una de las series más icónicas de la televisión.

La ficción nació con el personaje de Toni Cantó despertando de un coma. Pero pocos recuerdan esa premisa. Es más, cuando Cantó abandonó la serie, 7 vidas empezó a crecer en audiencia y adeptos. Las collejas de Sole, los trabajos delirantes de Diana, la relación sentimental entre Carlota y Gonzalo... conquistaron la complicidad del público.

En total, la producción alcanzó los 204 episodios. Sólo cuatro semanas antes, se realizó un capítulo, el 200, en riguroso directo. Frenético. Emocionante. Apasionante. Tal vez ese debía haber sido el colofón a una serie que recuerda la importancia de la televisión que se atreve con el humor sobre la turbulenta actualidad que crece en las historias de personajes muy identificables por parte del espectador.

Todas las grandes sitcoms de la historia retratan a su generación de espectadores. En el caso de 7 vidas también. Su humor fue una sana catarsis colectiva y un paso adelante para la madurez de la televisión en España, aunque algunos de sus chistes se hayan quedado desfasados vistos hoy. La actualidad social española ha ido muy rápido estos años.

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