OPINION

Por qué no ha destacado el éxito viral 'Paquita Salas' en su estreno en la televisión tradicional

paquita salas
paquita salas

Las redes sociales desvirtúan la notoriedad verdadera de los nuevos contenidos. Ya no sólo está el éxito real de un programa o serie, también la imagen de éxito que se transmite en percepción social. En este último escenario es donde ha triunfado Paquita Salas, el último boom viral que ha surgido dentro de la plataforma online de Atresmedia Flooxer.

Una serie, gestada para la red, que narra los avatares de una entrañable representante de actores encarnada por un Brays Efe que ha enamorado a la crítica y a 350.000 usuarios en sus primeras seis semanas en Flooxer.

Paquita Salas está escrita y dirigida por Javier Calvo y Javier Ambrossi (creadores del ovacionado musical La Llamada) y cuenta con un elenco de actores en estado de gracia, empezando por el propio Brays, Belén Cuesta, Macarena García o Lydia San José haciendo de Lydia San José, con todo lo que eso conlleva. Muy sano, pues se ríe de sí misma, de su trayectoria un tanto estancada e incluso del recuerdo de su mayor hit: la serie A las 11 en casa con Ana Obregón, Antonio Resines y Carmen Maura.

El gran valor de Paquita Salas está en su inteligente y mordaz retrato del universo actoral (y los particulares managers de los artistas). Y ahí también se encuentra su contraindicación de fondo: puede que no sea fácil empatizar con el conflicto (al menos con el del primer capítulo) si no estás más o menos inmerso en la desconocida trastienda del micromundo de los actores y sus vaivenes.

Porque la grandeza de esta ficción radica en que está llena de referencias y guiños a la profesión. Una emocionante catarsis para los ruidosos trabajadores de este ámbito del artisteo pero que, al mismo tiempo, no llega al público ajeno al día a día de los representantes de actores que buscan papeles al intérprete, lo miman, lo cuidan, le hacen las facturas, se quejan mucho para que no se pierda ninguna fiesta y, luego, a veces, se ven abandonados por ese mismo actor que se va con otro representante con una cartera de celebrities más potente. De este tipo de "infidelidad" habla el primer capítulo de la serie.

Y, claro, el público que no vive las entretelas de la profesión farandulera no entiende momentos en los que Paquita hace el gag nombrar a Luis San Narciso (el director de casting más importante durante muchos años, que decidía los protagonistas de las series de Globomedia y taquillazos del cine español) o a Laura Cepeda. Tampoco el instante en que el que Paquita habla por teléfono con Piti, quien gestiona las alfombras rojas más codiciadas de la ciudad. Por poner solo dos ejemplos.

La audiencia generalista no comprende del todo el conflicto, ni falta que le hace. Porque Paquita tiene alma. Y lo transmite. Pero, probablemente, no es un producto para la televisión comercial tradicional, en donde en su pase en Neox sólo sumó un 1,2 por ciento de share (quedándose por debajo del 2.7 por ciento de share de media de la cadena en esa jornada). No lo es por su breve duración y porque su grueso de público objetivo ya ha visto el capítulo en la plataforma online. Esa es la gran ventaja de la televisión que ya no sólo se ve por la televisión: las nuevas ventanas de acceso a contenidos hacen la televisión más plural, pues propician que se amplíen las posibilidades de inversores, guionistas y realizadores a la hora de arriesgar, innovar y crear historias diferentes, que conectan con una inmensa minoría y que, de otra forma, no tendrían cabida en los actuales canales tradicionales.

¿La audiencia de televisión se puede medir a través de Twitter?

@borjateran

Y ADEMÁS…

> Ellen DeGeneres: así triunfa en Twitter (tú también puedes hacerlo)

> La actuación que no permitirían los temerosos directivos de la TV en España

> 8 lecciones que debe aprender la TV de hoy de Chicho Ibáñez Serrador

Lo que TVE nunca debe olvidar de su propia historia

> Así fue la primera vez de Espinete en TVE (un programa sin sentido con mucho sentido)

4 anomalías de la TV en España que hemos terminado interiorizando como normales

Mostrar comentarios