OPINION

¿Por qué Telecinco ha ganado a TVE la batalla de los informativos?

pedro piqueras telecinco
pedro piqueras telecinco

Desde la llegada de Julio Somoano y José Gilgado a la jefatura de informativos de Televisión Española, los Telediarios han perdido en tiempo récord gran parte de su audiencia. El público mayoritario ya prefiere ver Informativos Telecinco. ¿Por qué?

Tras más de 5 años de liderazgo indiscutible y después de lograr una independencia reconocida internacionalmente, los informativos de la cadena pública han cedido el primer puesto a Telecinco en febrero. Las noticias del canal principal de Mediaset son líderes gracias al equipo capitaneado por un Pedro Piqueras que es experto en tomar el pulso de la actualidad sin olvidar los ritmos de la televisión comercial competitiva y teniendo claro el público al que va dirigido.

De esta forma, Informativos Telecinco han sido los más vistos en febrero con una media de 14,5 por ciento de share y 2.330.000 espectadores, según datos de Barlovento Comunicación. Mientras que las noticias de TVE se ha quedado en una media de 13,5 por ciento de share y 2.259.000 espectadores. Por su parte, Antena 3 es tercera opción con un 13,6% y 2.162.000 fieles.

De hecho, el Informativo de Piqueras ya lleva meses con una fortaleza muy superior al Telediario de las 9 de la noche, estandarte de TVE, que sin Pepa Bueno y con los cambios introducidos por la nueva cúpula de TVE ha propiciado un desangrado de audiencia histórico.

Pero, ¿a qué se debe esta pérdida de público tan feroz cuando la tradición siempre daba a TVE un indiscutible liderazgo?

Julio SomoanoJosé Gilgado, como gestor directo de los contenidos de los actuales programas de noticias de TVE, han cambiado la línea ideológica de TVE en unos tiempos en los que el acceso y consumo de información por parte de la sociedad es más sencillo que antaño. Es decir, el público no es tan sumiso como antes, ha dejado de ser sujeto pasivo para pasar a la búsqueda activa de la información.

Por tanto, la audiencia se ha percatado de que la televisión pública estaba perdiendo independencia en determinados temas como el Caso Bárcenas o Madrid Arena. Y una gran parte del público ha buscado otras vías de información al perder la confianza ganada por TVE en la valorada era de Fran Llorente.

No obstante, en los últimos meses, la credibilidad no es la única clave de la crisis de audiencia de los Telediarios. También ha sufrido cambios otro de los pilares del éxito como es la forma de ordenar y presentar los contenidos. Y es que los nuevos responsables de TVE ha retomado métodos de contar la actualidad de hace más diez años. Pero ni la televisión, ni los espectadores funcionan como hace diez años.

TVE ha resucitado un viejo y desfasado estilo a la hora de presentar las informaciones: se disminuye una cercana perspectiva social para dar paso a una voz institucional menos identificable por el público. Además, se da carpetazo a comunicadores con decisión editorial. En su lugar, se ha colocado a excelentes lectores de autocue (chivato que tiene la cámara para dictar el guion).

Se opta por presentadores de continuidad que son muy solventes ante la cámara aunque, también, tienen poca personalidad, característica que les convierte en más fáciles de olvidar. Y en televisión la personalidad y el carisma que traspasa la pantalla es vital. Así, por ejemplo, la repercusión social de las entrevistas en Los desayunos de TVE ya es prácticamente nula. Ya nadie habla de este programa. Nada que ver con la temporada pasada. Y este es otro gran problema: los informativos de Televisión Española han perdido instinto televisivo y conectan menos con el interés cómplice y creíble de los espectadores.

Tampoco ha sido acertado incorporar unos sumarios eternos, a modo de cebos de Aquí hay tomate, que sólo rompen el interés de cada emisión y lían al espectador en un caos informativo sin digerir.

Pero, además, hay otro factor que ha afectado a los malos datos del TD2: los buenos resultados de audiencia de Pasapalabra en Telecinco. El concurso de Christian Gálvez deja un excelente colchón de espectadores a Pedro Piqueras. Mientras que TVE ya no cuenta con una programación de tarde competitiva. Anne Igartiburu no consigue aupar el share para que la gente se enganche a los informativos de La 1. Y eso que lo intenta plantando al final de su programa hermosos vídeos de desfiles con mujeres en bikini. Una estrategia que funcionaba muy bien en la época de Alfredo Urdaci, no tanto ahora. Eso sí, también, hay que reconocer que el pasado año Pepa Bueno tampoco contaba con ningún tipo de arrastre de audiencia del programa anterior al TD y Pasapalabra era ya un éxito absoluto.  A pesar de ello, hace doce meses, el TD2 lideraba con una fuerza que no entendía de competencias.

Al final, la televisión se construye a base de símbolos que fidelizan públicos e Informativos Telecinco ha sabido aprovechar la llegada a TVE de un nuevo equipo directivo, proveniente de Telemadrid, que, probablemente, entiende más de estrategias políticas que de televisión.

A diferencia de Fran Llorente que llevaba años al servicio de Televisión Española y conocía las necesidades de los informativos del viejo Ente, Somoano y Gilgado están demostrando que, más allá de reorganizar una controvertida línea editorial, no tienen un control del funcionamiento de los engranajes del lenguaje televisivo en 2013. Tampoco de su público objetivo. Y eso, salvo sanas excepciones, se nota demasiado en la escaleta de los Telediarios. Porque en una televisión pública o privada es tan importante la forma como el fondo. Y en TVE se están reproduciendo errores que ya propiciaron la muerte de audiencias de una televisión líder: Telemadrid. La televisión pública que dejó de hacerse pensando en la mayoría de los ciudadanos.

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