
Justo en el arranque del nuevo milenio, Antena 3 apostó por un gran espectáculo para los viernes noches con una meta recalcitrante: encontrar a la Mujer 10.
Para conseguirlo, las candidatas (siempre acompañadas de sus maridos, claro) tenían que superar pruebas que demostraban si eran buenas esposas... elegantes, ingeniosas, apañadas y otros bonitos tópicos.
Y ya si querían llevarse un regalito tenían que buscarlo sumergidas en una piscina de barro… Esta última prueba era la parte favorita del presentador del show: a Bertín Osborne, se le iban los ojos.
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