
Mariló Montero predijo la premisa de Pulsaciones, la nueva serie que Antena 3 ha estrenado esta noche. Pues sí, el conflicto de la producción recuerda en cierto sentido aquella reflexión de que el alma se puede trasplantar con los órganos. Y la historia de Pulsaciones narra justo eso: un hombre que tiene visiones del donante del que recibió su corazón.
Un thriller de diez capítulos con final cerrado, con el que Emilio Aragón ha regresado a la televisión como director, que viene con cuatro interesantes atrevimientos para un prime time de una cadena de televisión generalista.
1. La dispersión narrativa
El primer capítulo de Pulsaciones no sigue la estructura habitual de una ficción creada para arrasar en horario de máxima audiencia. No es una ficción que intente dar todo masticado al espectador. De hecho, arranca sin un protagonista claro. El espectador debe jugar a descubrir la historia. Incluso te hace creer que el protagonista es uno cuando, en realidad, es otro. Al estilo del clásico Psicosis.
2. En busca de los detalles
El guion de Pulsaciones esconde muchos detalles que se pueden quedar en un segundo plano pero que, sin embargo, el espectador irá descubriendo su importancia con la evolución de los capítulos. La producción de Antena 3 y Globomedia se atreve, por tanto, a la experiencia del re-visionado posterior, que puede dar pista al seguidor más entusiasmado con descifrar bien la historia.
3. El aspecto visual
Pulsaciones no cuenta con una luminosa fotografía al uso de serie de prime time en España. Experimenta con los encuadres y la luz. En ese sentido, la tonalidad que arropa la historia sumerge al propio espectador en un cierto desasosiego. Y ya se sabe, en la televisión española las cadenas se obsesionan con una luminosidad clónica, a veces casi de fluorescente de supermercado, porque se cree que la oscuridad espanta al público. Aunque, en realidad, hay oscuridades muy luminosas. Pulsaciones tiene ese punto de extraña energía visual, que enriquece la trama. Una serie que transcurre en un Madrid frío, helado, gélido y eso hoy por hoy es muy atrevido, ya que produce la sensación de un thriller árido y áspero.
4. Personajes poco empáticos
La droga entra en Pulsaciones desde el principio en el personaje del doctor supuestamente perfecto, lo que provoca un interesante descoloque en el espectador que ya no se fía de él. En el primer episodio, no hay un referente clarísimo de personaje que sea aliado del espectador. No hay un doctor Martín que sabes que siempre estará de tu lado.
Pulsaciones sigue, en cierto sentido, la estela de Vis a Vis. El nuevo sello de la veterana productora Globomedia apuesta por la evolución cultural que vive la televisión en España y su público e indaga en la producción de series sin un patrón para el éxito prefabricado (ese patrón de equilibrio entre emoción y humor proyectado desde personajes identificables en toda la familia). Así Pulsaciones permite un viaje diferente al espectador. Y eso, en los tiempos que corren, es una buena noticia para nuestra televisión. Un atrevimiento contracorriente.
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