OPINION

Risto Mejide versus Jordi Évole: los daños colaterales de la programación por confrontación

Chester
Chester

Hay dos maneras predominantes de programar: buscar la complementariedad de tu producto o rivalizar con una oferta parecida para debilitar al adversario. Esta última, es una una de las estrategias que ha venido utilizando Cuatro desde que forma parte de Mediaset.

La ex cadena de Prisa busca ser complementaria de su hermana mayor, Telecinco, para no restar espectadores al canal papá y, a la vez, disuadir a público objetivo que podría recaer en La Sexta. Lo que ha venido intentando, con mayor o menor fortuna, en los últimos tiempos. 'Las Mañana de Cuatro' fueron el mejor ejemplo. De hecho, la desaparición de esta tertulia matinal fortaleció a 'Al Rojo Vivo' y terminó de hundir los propios informativos de Cuatro, que iban después.

Cuatro ha ido perdiendo influencia. Quizá porque cuenta con demasiadas obligaciones estratégicas para no hacer sombra a Telecinco, lo que puede restar fuerza a sus programas estrellas. El 'Chester' del Risto Mejide, que logra buenos rendimientos, es una de las latentes víctimas colaterales.

El programa del sofá abierto a la conversación es uno de los mejores formatos con los que cuenta Cuatro en su programación. Su contenido es una enseña del canal gracias a conversaciones inteligentes envueltas con edición exquisita, que dota de ritmo al show mientras la charla se enriquece con videoteca. Sin embargo, desde los orígenes, cuando el sofá iba de un lado a otro y el show se llamaba 'Viajando con Chester', se lanzó contra la fuerza de 'Salvados', bastión de La Sexta.

El 'Chester' en domingo ha logrado buen rendimiento. Incluso ha conseguido el objetivo de hacer elegir a un mismo público potencial que comparte este espacio de 'La Fábrica de la Tele' con Jordi Évole. Reto alcanzado, Risto ha plantado cara al rival. Aunque pierda una parte de audiencia que sigue 'Salvados' y, si no ambos programas no estuvieran enfrentados, también sintonizaría a Mejide.

Con el Chester en la última noche de la semana, Cuatro frena a La Sexta y con doble pirueta, pues tampoco hace la competencia a Telecinco, donde a esa hora reina el debate de 'Gran Hermano' o 'Supervivientes' o 'Gran Hermano' o 'Supervivientes' con una audiencia con otros intereses centrados en el culebrón de la tele-realidad ajena a la actualidad.

Pero si 'Chester' se colocara en lunes, sin competir con 'Salvados' , su relevancia sería mayor y, como consecuencia, la olvidada marca de Cuatro cogería aire. En el primer prime time de la semana, existe un atractivo hueco para un formato con una buena premisa que esté pegada al vaivén político y social. Eso es 'Chester'.

En realidad, los domingos es peor día para un canal que no está estructurado como ventana informativa -como sucede en La Sexta-, ya que es una jornada en la que aún gran parte del público está intentando romper con la rutina.

Pero las cadenas deciden aglutinar programas para también distraer la atención del espectador sobre los rivales, cuando para la inversión a medio plazo será mejor incidiendo en un camino que te destaque sobre el resto. Eso sí, sin competir con Telecinco. No vaya a ser que restes alguna décima a la televisión principal del grupo. 

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