OPINION

'Sálvame', de la bronca 'deluxe' a la entrevista política en sólo un segundo

Adara sufre un ataque de ansiedad tras enfrentarse a Matamoros en el ‘Deluxe’
Adara sufre un ataque de ansiedad tras enfrentarse a Matamoros en el ‘Deluxe’

Sábado Deluxe. Una gran bronca sacude en el corazón de la franquicia de prime time de 'Sálvame'. Adara, ganadora de 'Gran Hermano Vip', abandona el estudio. Tiene que ir al servicio médico. La intensidad del rifirrafe sacude el programa. Pero, en un segundo, la apasionada pelea da paso a la información sobre la crisis sanitaria. Jorge Javier Vázquez conecta con Martínez Almedia, alcalde de Madrid. Lo mismo hizo con Irene Montero hace unos días.

Las autoridades han entendido que también deben atender a los programas de entretenimiento, aunque sean aquellos que acogen sainetes del reality show. Y, a la vez, la audiencia más crítica ha comprendido que cualquier explicación pública es útil. 'Sálvame', en sus distintas versiones, llega a un público que no hay que infravalorar. Al contrario, hay que respetar.

No choca ya el brusco cambio de una apasionada pelea irrelevante del reality show nacional con, de repente, pasar a informar del coronavirus. Quizá no choca porque estamos en shock. La inaudita y sensible situación que vivimos impide hacer análisis con la perspectiva suficiente sobre la realidad a la que estamos asistiendo, pero sí que se ha llegado a un acuerdo común: lo importante que es divulgar allá donde sea valioso.

Y 'Sálvame' es un lugar valioso, pues llega a muchos públicos, y entre ellos, también a unos espectadores que hay que cuidar, que no siempre tienen todas las vías de información digitales y necesitan estar en contacto con los responsables públicos que, al final, con sus respuestas pueden dar algo de luz a la incertidumbre.

Otra historia es que la televisión no deba caer en la sobreinformación en estas jornadas en las que es fácil sumergirse en la especulación. Se urge responder a muchas preguntas que aún no tienen respuestas. Las marcará el tiempo. Ahí las cadenas deberían hacer un ejercicio de contención, en donde los opinadores dejen paso a los expertos reales. No personajes que dan juego televisivo.

Lejos quedan aquellos tiempos en los que Pedro Sánchez entraba por teléfono en 'Sálvame' para hablar con Jorge Javier Vázquez. Era 2014. La indignación no se hizo esperar en las redes sociales. "¿Cómo el líder socialista osa en entrar al programa de Telecinco? ¡Populismo!", criticaron.

En Estados Unidos y en el Reino Unido es habitual que los primeros espadas de la política aparezcan en todo tipo de programas: de informativos a entretenimiento. Concursos, magacines, late nights… acuden a cualquier formato como las personalidades relevantes.

En España, hasta hace sólo unos años, éramos más críticos con cualquier tipo de aparición pública de los políticos fuera de los protocolos habituales. Una especie de complejo colectivo que, al menos, parece que ya vamos superando.

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