OPINION

'Sálvame Okupa': horror en la casa de 'Gran Hermano'

Chelo García Cortés, 'Sálvame Okupa'
Chelo García Cortés, 'Sálvame Okupa'

Gritos. Sobreactuación. Gritos. Más sobreactuación. Y más gritos. Es el resultado principal de la interminable conexión de 'Sábado Deluxe' con la ocupación de la casa de 'Gran Hermano' por parte de colaboradores y asiduos de 'Sálvame'.

Mientras llega el cacareado nuevo 'Supervivientes' (con Isabel Pantoja como fichaje estrella) y para cubrir el hueco que ha dejado GH tras su final del jueves, Telecinco se ha sacado de la manga un fin de semana de encierro del personal de 'Sálvame'. Juntos y revueltos en Guadalix de la Sierra, sus colaboradores cobayas viven choques de convivencia de los que surgirán tramas y más tramas para alimentar la parrilla de Mediaset. O eso debería pasar en teoría.

Lo malo es que los colaboradores de 'Sálvame' ya viven engullidos a diario por su propio reality en el propio plató de 'Sálvame'. Como consecuencia, cuando van a la casa de GH creen que saben todo lo que deben perpetrar para dar la carnaza que la cadena espera de ellos.

Y gritan. Y se pegan cortes. Y se indignan. Y no resulta creíble: porque conocen demasiado bien este género televisivo. No actúan olvidando que existen las cámaras. Al revés, están pendientes de su papel en pantalla y un fin de semana no es suficiente para que se relajen.

Pero da igual, el mal teatrillo también es espectáculo en Telecinco. El problema es que 'Sálvame Deluxe' ha centrado su emisión de prime time de este sábado noche en una eterna y arrítmica conexión en directo con la casa que no se ha sostenido, ya que el conflicto y los gritos han estado cogidos con pinzas. Todo es tan artificial que no da ni para comentar. 

Los huéspedes podían haber estado sentados en el estudio de Mediaset y no se notaría la diferencia. La casa de 'GH' con la ocupación de 'Sálvame' sólo se ha transformado en un formato incómodo de ver delante de la televisión. Estresante, vacío y donde es difícil creerse que, de verdad, sea un reality de encierro... a no ser que seas un fanático de Mediaset y estés fagocitado por el universo de ilustres de la emisora.

De hecho, el momento álgido de la noche, cuando se ha comunicado a la audiencia que Chelo García Cortés es concursante de 'Supervivientes', ha chirriado porque todos los colaboradores se han sorprendido, incluida Chelo, con un ímpetu de asombro imposible de masticar. Cero creíble: hasta la última abuela espectadora de 'Sálvame' ya sabía que esta periodista de la prensa rosa iba ir a la isla. Por supuesto, pintaba evidente que los colaboradores también conocían tal noticia. De sobra.

A la 'gala' de 'Sálvame Okupa Deluxe' de este sábado le ha faltado un guion para que el programa fuera algo más que gritos y contara con una evolución que marcara algún objetivo de interés durante la noche.  Es como si se realizara una gala de 'GH' sin guion ni presupuesto. Entonces, pincharía por falta de pruebas efectistas que favorecieran contenidos espontáneos y, no menos importante, tiempo para dejar a los 'concursantes' libres para que se suelen como en su vida cotidiana. Aquí han estado demasiado tiempo del sábado en el sofá, esperando, como si estuvieran en el plató, ya que tenían demasiadas conexiones que atender, por la mañana con 'Socialité' y por la noche con 'Deluxe'. 

Esto solo ha sido una retransmisión de los horrores por histérica, maleducada y a trompicones que recuerda que los que saben mucho de la tele, a veces, son los verdaderos enemigos de la tele-realidad porque cuando el piloto rojo de la cámara se enciende se enfadan sin motivación. Y el enfado sin motivación identificable no es televisivo. El público generalista no lo entiende.

Y 'Sálvame Okupa' no se acaba de entender, han intentado comprimir en dos días todo 'Gran Hermano' y se han olvidado de lo más importante de 'GH': potenciar más el surrealismo cómico que centrarse en el gallinero gritón que hace daño a los oídos. Eso funciona mucho mejor en el plató de 'Sálvame', la casa de GH tiene otras posibilidades que anoche no exploraron para crear un mayor acontecimiento. Una lástima.

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