OPINION

La primera vez de Jorge Javier Vázquez en 'Sálvame' (y las vueltas que da la vida)

orge Javier Vázquez en el primer Sálvame.
orge Javier Vázquez en el primer Sálvame.
orge Javier Vázquez en el primer Sálvame.
Jorge Javier Vázquez en el primer Sálvame.

"Sálvame es el único programa que los 'supervivientes' no querrían que se emitiera". No es una amenaza, son las palabras con las que Jorge Javier Vázquez arrancó la emisión del primer Sálvame. Un programa que comenzó hace ahora nueve años como noctámbula tertulia sobre Supervivientes

Ya pocos recuerdan que, en realidad, el exitoso show empezó como apéndice del reality de naúfragos. Cuando terminaba Supervivientes, empezaba Sálvame. Pero fue tal su éxito que Telecinco decidió probar este formato como contenedor de tarde, una franja en la que no conseguía destacar en audiencias desde el fin de Aquí hay tomate.

Dicho y Hecho. Sálvame saltó a la tarde el lunes 27 de abril de 2009 y se fue consolidando. Pero el formato se fue guisando poco a poco. Al principio, la fórmula del espacio era más encorsetada, con presentaciones más rígidas y debates más convencionales. Pero rápidamente el magacine vespertino cogió vuelo hasta transformarse en un reality de sus propios colaboradores.

9 años de éxito para Telecinco que llena toda la tarde de un sólo programa. Un hecho inaudito en la televisión internacional. Porque España no sólo es el único país europeo que alarga hasta las tantas de la noche el prime time, también es el único país europeo que cuenta con un magacin de tarde eterno. No sólo dura cuatro horas diarias, que bailan alrededor de la misma temática sin marcar una fragmentación clara de secciones y contenidos, además cuenta con su secuela nocturna, Sábado deluxe y hasta tuvo una versión de enlaces matrimoniales, Las bodas de Sálvame. Puro folclore made in Telecinco.

Telecinco exprime sus marcas al máximo y Sálvame no muestra síntomas de desgaste real. Es el ejemplo de como un producto que nace con un cometido puede crecer hasta transformarse en un contenido crucial en el día a día de un canal tradicional. 

Un pilar de éxito que representa a la televisión que acompaña al espectador aunque se quede dormido en el sofá. Da igual, nadie se pierde nada por desconectar cinco minutos, dos horas, tres días o cuatro semanas de Sálvame. Siempre es fácil engancharse a este programa que, paradójicamente, nació como debate secundario de un reality y, ahora, es su presentador el maestro de ceremonias que conduce con desparpajo tal reality. La vueltas que da la vida. Y Telecinco:

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