OPINION

'Supervivientes' y lo grotesco

Chelo García Cortés, 'Supervivientes'
Chelo García Cortés, 'Supervivientes'

Esta imagen. Es Chelo García Cortes cayendo por un tobogán, pringada de barro. Todos los concursantes del reality de náufragos sufren tal estampa. Incluida la propia Isabel Pantoja, fichaje estelar de Telecinco,

Isabel Pantoja barro, Supervivientes
Isabel Pantoja en el barro.

El barro define el trasfondo del éxito de 'Supervivientes', que tiene mucho que ver con lo grotesco. Observar al prójimo desaliñado, despojado de cualquier atisbo de glamour, sufriendo una eterna novatada.

No sólo basta con lanza a personajes del universo de Telecinco al agua desde un helicóptero, hay que descolocar a estos concursantes -en su mayoría resabiados de tele- para que generen conflicto. Mejor aún si salta por los aires el maquillaje y la vestimenta que protege sus rutinas. Así son más vulnerables, así el espectador se siente superior a ellos.

Y este año, 'Supervivientes' ha logrado un casting que cumple estos requisitos. La gran vedette, Isabel Pantoja. Pero está rodada de un abanico de perfiles de participantes que se complementan entre sí y que vienen ya de casa con muchas tramas abiertas de sobra conocidas por el público fan de la tele-realidad.. Por ejemplo, Carlos Lozano participa en está edición en la que también concursa, qué casualidad, Mónica Hoyos. Los dos enfrentados desde hace años, pues fueron pareja y no comieron perdices.

Pero no sólo en la isla se prima el culebrón, también en el propio plato los familiares y amigos ya son famosos de guardar. Si el público no les pone cara, a los representantes de cada concursante ya se les introduce unas semanas antes. La mujer de Chelo García Cortes, Marta, fue presentada en sociedad en una poco casual entrevista en 'Sábado Deluxe'. Ahora comparte sofá en las galas de 'Supervivientes 2019' con Kiko Rivera e Isa Pantoja, hijos de Isabel Pantoja y ex amiga de Chelo.

Así, el programa ya se estrena con multitud de tramas listas para ser desplegadas: en la isla y en el propio plató, lugar en el que Jorge Javier Vázquez ejerce de maestro de ceremonias. De hecho, el propio Jorge Javier se ha convertido en otro cebo en la expectación por el regreso de este 'Supervivientes'. Y es que la vuelta del reality ha supuesto, a la vez, su retorno a la televisión, tras la baja por el percance de salud de hace sólo unas semanas.

Vázquez ha reaparecido con su habilidad para jugar con la destreza que necesita un reality de estas características. Su travieso humor sin condescendencias levanta un programa que triunfa cuando representa un malicioso esperpento que puede dar risa o puede dar grima pero pocas veces crea indiferencia.

Lo raro es que el retorno de 'Supervivientes' ha logrado todo junto: ha dado risa, ha dado grima y hasta, por momentos, ha causado paradójicamente indiferencia. Porque la primera emisión ha sido lenta y  aburrida. Había demasiado expectativa con la cacareada presencia de Isabel Pantoja, inimaginable para muchos. Pero que un casting sea bueno no es suficiente para que un primer programa sea redondo. Siempre debe planificar un ir y venir de situaciones, giros o pruebas para que no decaiga el interés.

Ahora en Telecinco se hablará de 'días históricos' por la participación de Isabel Pantoja en 'Supervivientes', pero su sobreexposición televisiva también mermará la aureola de misterio que rodea a la folclórica. Es cuando lo imprevisto empieza a volverse previsto, a torcerse como habitual. Con o sin el grotesco baño de barro, Isabel Pantoja ya empieza a parecer una más, aunque ella parecía que nunca quiso ser una más.

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