OPINION

Tres prejuicios de la TV hacia las personas con discapacidad

SALVADOS LOS OTROS OLVIDADOS
SALVADOS LOS OTROS OLVIDADOS

El pasado domingo, Salvados regresó a La Sexta tras dos semanas de ausencia. Lo hizo con Los otros olvidados, un programa en el que Jordi Évole y su equipo pusieron la lupa en los claroscuros de la controvertida Ley de Dependencia y en los miles de afectados por su muy irregular aplicación.

Entre los varios y lúcidos testimonios que ilustraron el mal funcionamiento de esta ley, destacaron especialmente las palabras de Jaume Martorell, un joven valenciano de treinta años con una enfermedad muscular degenerativa. "Nos quieren mandar otra vez al cuarto oscuro de la sociedad", explicó Jaume al exponer la situación de desamparo en la que se encuentran miles de personas dependientes que no encuentran solución a sus necesidades en los servicios sociales.

La entrevista de Évole a Jaume supuso una de esas rarísimas ocasiones en las que se da voz a una persona con discapacidad en el prime time de nuestras televisiones. Es, probablemente, una de las grandes asignaturas pendientes de nuestras parrillas: fomentar un trato verdaderamente normalizador de la discapacidad, tantas veces abordada desde el desconocimiento y los prejuicios en lugar de hacerlo desde la cercanía y la naturalidad.

Usualmente, cuando los programas de televisión hablan de discapacidad lo hacen desde tres enfoques tan básicos como sesgados:

-Historias de superación

Es el enfoque estrella cuando aparecen personas con discapacidad en noticias o reportajes. A los medios les encanta usar el símil de los superhéroes a la hora de hablar de personas con discapacidad que afrontan sus circunstancias diarias. Por supuesto que estas historias tienen un indudable interés humano, por supuesto que sus protagonistas son en muchos casos extraordinarios, pero, a menudo, es el tratamiento condescendiente y también sentimentaloide lo que malogra el mensaje final que se transmite a la audiencia. Lejos de normalizar, la discapacidad se trata como algo ajeno al espectador que no la padece o la tiene cerca cuando, en realidad, debería ser tratada como parte intrínseca de la propia vida, de la vida de todos. Como bien recordó Jaume Martorell en Salvados, no podemos olvidar que hacernos mayores es hacernos dependientes. Y que de esto casi nadie se libra.

-"Telemendicidad"

Este término fue usado en Salvados por José Manuel Ramírez, presidente del Observatorio Estatal de la Dependencia, para referirse a programas como Entre todos. "Las necesidades de las personas no pueden convertirse en un espectáculo mediático", añadió Ramírez, enfatizando así en las abundantes críticas que ha recibido el espacio de Toñi Moreno desde sus inicios. En Entre todos, son más que habituales los casos de personas con discapacidad reclamando ayuda para solucionar problemas o carencias que corresponde resolver a los servicios sociales de nuestro Estado. Y, para colmo, ni el programa ni Toñi escatiman en hurgar en los sentimientos de estas personas, haciendo uso de todo tipo de triquiñuelas (músicas, lágrimas...) para emocionar vilmente al espectador. ¿Reaccionará de una vez TVE para impedir que Entre todos siga dañando su identidad?

-Paternalismo

"Yo soy antipaternalista, somos personas como cualquiera", dijo también Jaume Martorell en Salvados. Y es que el paternalismo, la condescendencia o una mirada compasiva por encima del hombro son los ingredientes más habituales cuando se aborda la discapacidad en televisión, en lugar de tratar a los entrevistados de tú a tú, con sensatez y cercana naturalidad, como sí hizo Évole con Martorell.

Entrevistas como la de Salvados trazan el camino realmente integrador: el puente hacia una normalización que podría encontrar en la televisión un aliado perfecto si no fuera porque la televisión parece más empecinada en remarcar lo que nos diferencia a discapacitados y no discapacitados en vez de destacar todo lo que tenemos en común.

Y ADEMÁS...

Toñi Moreno en apuros: un espectador critica en directo la ‘caridad’ que promueve ‘Entre todos’

Jordi Évole, la manipulación televisiva a favor del periodismo

Mostrar comentarios