26 años en La 1

TVE cierra 'Los Desayunos': adiós a un programa que nació para promocionar desde la tele la radio

Xabier Fortes ha sido su último presentador.

La última imagen de Xabier Fortes en 'Los Desayunos'
La última imagen de Xabier Fortes en 'Los Desayunos'
Borja Terán

En enero de 1994, TVE estrenaba un programa de televisión que, en realidad, era una retransmisión de un espacio de radio. Este nuevo formato se llamaba 'Los Desayunos de Radio 1', estaba presentado por Julio Cesar Iglesias y su primer invitado fue Javier Gómez Navarro, que era ministro de Comercio y Turismo.

De esta forma, la televisión pública hacía sinergias y promocionaba a su radio hermana, RNE. Había nacido un pilar informativo de larga duración para La 1, que luego incluso copiaría la competencia. Porque, entonces, TVE era la que marcaba el ritmo. Así, después, llegó 'El primer café' a Antena 3 o 'La mirada crítica' a Telecinco.

Mucho ha cambiado 'Los Desayunos' desde sus comienzos. De hecho, su función de arrastrar público de la tele a la radio desapareció hasta convertirse en sólo una cita televisiva. Es más, hasta se dejó de desayunar. No como antes, cuando los contertulios y el entrevistado degustaban un café calentito en plena faena de interpretación de la actualidad.

Pero Pepa Bueno decidió retirar el desayuno de la mesa. La periodista mordenizó las narrativas de un formato que debía centralizar el foco en la información y el análisis, dejando atrás la fórmula de la campechana conversación entre caballeros que habían quedado atrás. La información económica y las entrevistas internacionales ganaban peso.

Tras Pepa Bueno, Ana Pastor continuó con la actualización del formato y siguió el impulso a 'Los Desayunos'. El programa se acercó a nuevos públicos a través de un participativo uso de las redes sociales, actualizó contertulios más allá de las cabeceras de la prensa de siempre -donde aún hay que indagar más-, intentó salir de la agenda política convencional para incorporar interesantes ventanas a la realidad social -la hambruna en África, el cambio climático- y la opinión e información cogió una presencia más diferencial en la mesa, distinguiendo escénicamente análisis y entrevista.

TVE incrementaba influencia y proyectaba independencia con la entrevista viva, interesante y con rapidez de reflejos. No sólo en el ámbito nacional, también en el exterior con entrevistas exclusivas. Con sus repreguntas, incisión y, también, control de los silencios, Pastor aupó la relevancia social y mediática de un ya veterano programa que vio como crecían sus audiencias.

Este viernes, 'Los Desayunos' se han despedido tras 26 años en emisión. A partir de septiembre, La 1 optará por un gran formato matinal que vertebre toda la mañana y que estará conducido por Mónica López.

Xabier Fortes ha sido el último periodista al frente de 'Los Desayuno'. En sus dos temporadas, ha logrado que sea uno de los pocos programas del daytime de La 1 competitivo en audiencias. Incluso con una tendencia ascendente. Uno de los motivos del buen rendimiento está en que Fortes representa a la televisión de autor. Es un prescriptor creíble y, a la vez, con un temperamento que genera vínculos con el espectador, lo que le hace más identificable y próximo. Transmite la cercanía de la honestidad sin caer en la personificación de la egolatría mal entendida. Sabe que la ironía en televisión es crucial. Y la utiliza con una destreza que entiende la responsabilidad esencial de la televisión pública. De hecho, su adiós ha sido un recuerdo a todos los comunicadores que han pasado por 'Los Desayunos'. De Pepa Bueno a Sergio Martín, de González Ferrari a Luis Mariñas, de Ana Pastor a María Casado. También a los colaboradores, informadores y técnicos. Todos han hecho grande la marca 'Desayunos', ha destacado. "Sin excepciones" ha recalcado justo antes de defender que ese rigor continuará en la nueva mañana de La 1.  Compromiso con la cadena pública el de Fortes hasta el final, desde luego.

'Los Desayunos' ya son historia. Un cierre que es un riesgo para TVE en una época en la que la cadena cuenta con pocos estandartes reconocibles que rindan bien en audiencias. De su legado hay que aprender que en tiempos de ruido, la televisión pública debe escuchar desde la calma, analizar con perspectiva, innovar más que imitar y, al final, contar lo que pasa permitiendo que brille el valor de la autoría del comunicador/director que es la característica que te convierte en especial entre lo homogéneo. Autoría que, por cierto, no es lo mismo que egolatría.

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