ANÁLISIS

Un respiro a la polémica

La televisión de los fines de semana tiene una oportunidad para recuperar espectadores.

El Gran Juego de la Oca
El Gran Juego de la Oca

La televisión vive en una tertulia encadenada de la que parece difícil escapar. Debates de política, debates de corazón, debates de reality show, incluso debates sobre cantantes nada más actuar en un talent show. Es la era de la televisión del comentario en vivo y en directo. El comentario es rápido de grabar, emitir y, encima, funciona. Ni siquiera en la noche de los sábados se rompe con la rutina de las polémicas televisivas, ya sean de política o del cuore. Un respiro, por favor.

Como si nos hubiéramos olvidado de que existen más géneros televisivos para poder atraer a otro tipo de audiencia que espera desconectar del trajín de la actualidad en el sábado con un espectáculo que la represente. Porque una de las grandes cualidades de la televisión es el poder de romper con la rutina. Esta baza la juegan actualmente las plataformas de televisión bajo demanda, que saben la importancia de lanzar nuevas series en viernes o cuando llegan las vacaciones. ¿Pero para aquellos que, además de las series y el cine, les gusta un buen show, qué?

De ahí que los viernes y los sábados en la televisión tradicional se indagara en otro tipo de contenido de entretenimiento que permitiera desengrasar al espectador de la actualidad semanal. Sin embargo, en la actualidad, se opta por programas que se aseguran un buen rendimiento libre de riesgos económicos. Véase 'Sábado Deluxe' o 'La Sexta Noche'. Ambos mantienen marca del canal que los emite en directo a un coste muy competitivo.

Mientras tanto, los rivales de estos canales si quieren encontrar influencia real y captar nuevos públicos, conquistar a los más jóvenes y recuperar a los que se sienten huérfanos de tele, han de optar por diferenciarse con paciencia de sus competidores e intentar acudir a aquel espectador que le gustan los programas de entretenimiento y está hastiado de ver siempre lo mismo en el prime time. En esta área, cadenas como  La 1 de TVE tienen una gran oportunidad y, a la vez, responsabilidad. Porque indagando en este tipo de producciones pueden movilizar la visibilidad de la cultura a través de un buen show espontáneo, cómico y abierto a su sociedad. 

En este incierto 2021, las cadenas probablemente no pueden asumir un riesgo invirtiendo en programas de gran (y costoso) formato como aquellos espectaculares '¿Qué apostamos?' en el viernes de La 1 o 'El gran juego de la oca' en los sábados de Antena 3. Aunque sí se puede optar por otro tipo de espacio más manejable, bajo la fórmula de la imprevisibilidad de las variedades en prime time.  Pero para eso hace falta osar a lanzarse a las ideas y dejar hacer a autores de la televisión más allá del sota, caballo y rey de los actuales modelos de talent show. Es la asignatura pendiente de la televisión de fin de semana de hoy que, paradójicamente, también podría encontrar su salvavivas en una audiencia que está harta que siempre le cuenten lo mismo y de la misma forma.  Y, por eso mismo, apaga a falta de entretenimiento con atrevimiento y acontecimiento.

El público quiere conectar con la pantalla porque sabe que se va a sorprender. Ahora, en cambio, se suele sentar frente al televisor sabiendo en la mayoría de los casos lo que le espera: debate a la caza de la polémica que nos indigna, ya sea sobre el reality show del cuore o la teatralización de la política sin tregua. Y, mientras tanto, la creatividad en su máxima expresión se queda por el camino.

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