¡Ya era hora! Los concursos de habilidades regresaron anoche a la televisión de la mano de Uno para ganar, versión del exitoso formato estadounidense Minute to win it.
Presentado por el gran Jesús Vázquez, la mecánica del nuevo programa de Cuatro consiste en que cada participante debe superar una serie de ingeniosas pruebas en tan solo un minuto. Aquel que consiga ganar diez juegos se llevará medio millón de euros.
Se echaban en falta concursos de destreza física entretenidos y sin demasiadas complicaciones para la audiencia. Aunque, con Uno para ganar, el espectador se puede hacer un lío para tener claro qué programa está siguiendo. Y es que el decorado sigue la línea clónica de platós oscuros que, a veces, hacen difícil saber si uno ve ¿Quién quiere ser millonario?, Atrapa un millón, Identity, El rival más débil o Se llama Copla. Todos tienen el mismo look visual. ¡Con lo importante que es marcar la diferencia en televisión, leñe!
Pero la emoción de las pequeñas pruebas, junto al carisma del concursante de turno, salvan al show. A pesar de ser un producto enlatado, sin la poderosa tensión del directo, con una mecánica demasiado encorsetada que puede resultar repetitiva para el espectador con el paso de las semanas.
En estos tiempos donde parece impensable realizar grandes y espectaculares concursos por su elevado coste, Uno para ganar recuerda en versión low cost a algunas pruebas del mítico ¿Qué Apostamos? de TVE. Qué pena que aquí no exista ni ducha, ni Ramón García, ni Ana Obregón.
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