ANÁLISIS CON MEDIA

'Veneno' y la capacidad de enfocar el detalle en tiempos de simplificación

La serie de Atresmedia termina su recorrido en el pago esta semana. 

Sara Montiel en 'Veneno'
Sara Montiel en 'Veneno'
Borja Terán

"Cristina, júntate con hombres que te enseñen, que no te quiten". Es el consejo que una intuitiva Sara Montiel regala a La Veneno en el capítulo cinco de la serie creada por Javier Calvo y Javier Ambrossi.

"Cristina, júntate con hombres que te enseñen, que no te quiten". Es una frase tan contundente como inspiradora que, sin embargo, Cristina probablemente no comprendió del todo. Pero la audiencia de la ficción de Atresplayer Premium, sí.

En 'Veneno', Sara Montiel está interpretada por Ana Milán, actriz que encuentra la seguridad auténtica de un personaje de tal calado sin necesidad de caer en la imitación recurrente. Pero, a la vez, esta escena esconde una de las claves fundamentales del triunfo de Calvo y Ambrossi: la capacidad de atreverse a jugar, sin ningún esnobismo, con los recovecos que hacen especiales a sus referentes y que no todos siempre ven.

En el encuentro entre Cristina y Sara hay una referencia que una parte del público de la serie quizá ni siquiera ha notado, pero que es ejemplo del ingenio para abrazar esa experiencia que supone ver 'Veneno'. Y es que los planos de Milán reviviendo a Montiel tienen el efecto de la mítica media que pedía poner Saritísima en el objetivo de la cámara de los platós que pisaba. Aquí no iba a ser menos.

Esa media difuminaba la imagen diluía cualquier arruga y proyectaba una neblina que el ojo del espectador captaba como aureola de diva sobrenatural. Esa media también ha acompañado a Sara Montiel en 'Veneno'. Porque la tele que cala es la que crece con referencias, las referencias que se explican y, también, las que quedan entre líneas. Aunque el espectador no las pille, aportan de igual manera.

En cualquier ficción, e incluso programa de entretenimiento, la vida de los protagonistas es más transparente y cómplice si se narra intentando el equilibrio entre lo patente y lo latente, lo explicativo y lo simbólico, lo masticado y lo escondido. Como la vida misma, vamos. Y la emoción que ha alcanzado 'Veneno' estriba también en su habilidad para bailar con sencillez a través de la complejidad de los detalles que construyen la realidad cotidiana y no a través del atajo de las estigmatizadas simplezas que la reprimen.  

Mostrar comentarios