ANÁLISIS

VH1: la fuerza del diseño para salvar al canal de videoclips clásico

VH1
Rótulos de  VH1

VH1 nació en 1985 como una versión más adulta de MTV. Mientras que la primera cadena temática de videoclips buscaba un público adolescente, el canal que surge de las iniciales 'Video Hits One' pretendía atraer a la audiencia más melómana

Pero el consumo musical por televisión ha cambiado desde que el espectador siente que puede llegar al videoclip que desea con sólo un clic. Ya nadie espera con el reproductor de VHS preparado para grabar las actuaciones de sus artistas favoritos. Lejos queda aquel tiempo en el que había que tener listo el dedo en el botón de 'rec' o no conseguías inmortalizar a tu ídolo y, así, después, poder ver su hit cuando quisieras.

Las cadenas musicales han tenido que reinventarse. MTV ha optado por el reality show y los acontecimientos musicales de producción propia que generan contenido exclusivo, su cadena hermana VH1 ha seguido estos pasos con una programación a medio camino entre la divulgación y el espectáculo.  Pero, en los últimos tiempos, su valor se encuentra en la sencillez de la televisión de descubrimiento. ¿Qué significa televisión de descubrimiento?

Ahora que el espectador sabe dónde encontrar aquella música que necesita ver, VH1 se convierte en un escaparate con el que conectar y dejarte sorprender pasivamente recordando o descubriendo canciones memorables y sus videoclips icónicos, muchos de cuando este género audiovisual para presentar la música se desarrollaba con una creatividad de superproducción. 

De esta forma, el público deja de fondo este canal, refresca memoria o, en el caso de los más jóvenes, gana nuevos referentes musicales. Ahí sigue teniendo sentido la televisión temática lineal de música, cuando vuelve a su origen sin desvirtuar su sentido: el público se topa con su oferta a través del zaping y se siente acompañado hallando canciones sin necesidad de ser un televidente activo. Un canal que se puede dejar de fondo y que no necesita ser seguido con gran atención. Pero que aún así siembra inspiración. 

Para potenciar esa capacidad de canal que propone hallazgos, VH1 esta desarrollando una identidad de continuidad con un diseño reconocible y sintético que clasifica todo lo que emite el canal con astucia. Así, el logo identificativo de la emisora se compone con el título del programa que va en emisión. Está situado en la esquina superior izquierda de la pantalla, de una manera armónica que no molesta.

Gracias a esta señalización integrada con pretendida vanguardia, se incide en el ojo del público que está asistiendo a la experiencia de un show de emisión nueva, aunque sea un maratón de videoclips clásicos. A la vez, en la parte opuesta, equilibrando con sencillez el peso de la imagen, se incorpora otro letrero con la misma tipografía y el mismo estilo de diseño dentro de una caja, que envuelve y ordena las letras. Este grafismo, discreto y que aparece con una leve pero estéticamente necesaria animación, informa con el nombre del grupo y la canción.  

Tradicionalmente, el título del tema y el intérprete se etiquetaba con una aparición de un cartel al principio y al final de la canción. Ahora, en VH1, esta información se mantiene fija en pantalla durante toda la emisión del videoclip. Ahí surge una pequeña gran revolución que pasa desapercibida pero que reposiciona al canal en el sector. La modernidad del diseño de rotulación impulsa la identidad de la cadena a la vanguardia de la actualidad que demanda su seguidor, a la vez que informa al espectador con sólo un vistazo. Esta es la clave: si la audiencia quiere buscar el nombre de ese tema que está recordando o descubriendo para localizarlo en su perfil online de Spotify ya no tiene que esperar a cuando saldrá el título en pantalla o correr a activar una aplicación de reconocimiento de canciones. Todo lo tiene catalogado prácticamente de principio a fin en pantalla. El diseño subraya, actualiza y, en cierto sentido, mitifica la experiencia de rescatar ese videoclip.

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