OPINION

'Viaje al centro de la tele': lo que demuestra el pequeño programa que sube la mala audiencia de TVE

'Viaje al centro de la tele'
'Viaje al centro de la tele'

'Viaje al centro de la tele', el programa que recupera fragmentos del archivo de RTVE bajo la dirección de Pedro Santos y con la omnipresente voz narradora de Santiago Segura, ha vuelto a destacar en audiencias un año más. No es la primera vez que despunta este zaping nostálgico. Y, en vista de los resultados de cuota de pantalla, parece que tampoco será la última vez.

Esta semana, 'Viaje al centro de la tele' emite los últimos cuatro capítulos de esta tanda de emisiones que llegó sigilosa a la parrilla de La 1 de TVE y, en cambio, elevó el interés por la franja del access prime time de la cadena pública (el jueves lideró con un 1.4 millones de personas y 11.9 de share). Un hecho inesperado, pues ningún formato 'nuevo' ha conseguido asentarse en esta complicada franja, ya que es la de mayor consumo.

Paradójico. Lo viejo, recuperar el archivo de RTVE, gana a lo nuevo. Aunque, en realidad, el fallo está es que esas nuevas apuestas de TVE, como han sido el magacine 'Lo Siguiente' o el refrito de vídeos de Youtube 'TVemos', no son programas con un concepto definido. Son formatos 'quedabien', que aterrizan con un batiburrillo de contenidos en busca de no molestar a nadie y, al final, acaban no interesando a nadie.

Todo lo contrario que 'Viaje al centro de la tele', que cuenta con una tesis clara en cada capítulo, detalle crucial en televisión. Es más, en cada emisión afronta una idea temática y la desarrolla con un habilidad para resumir momentos álgidos de la historia de Televisión Española -y, por tanto, del país- con un adictivo ritmo.

'Viaje al centro de la tele' en un carrusel que hace el fundamental equilibrio perfecto entre las imágenes muy vistas que el espectador siempre quiere volver a recordar y lo desconocido. El espacio descubre mucho olvidado en las videotecas de TVE, dejando atónito al público frente al televisor con su mezcla de nostalgia y hallazgo. De hecho, es el propio público el que recomienda un espacio sin apenas promoción. 

Así, 'Viaje al centro de la tele' muestra una televisión que a pesar de vieja no parece vieja. Al revés, funciona con el paso de los tiempos gracias a que estaba espontáneamente viva y entendía que el arte es asombrar confiando en la inteligencia del espectador

Era la televisión que no estaba obsesionada con no molestar. La obsesión estaba en transmitir historias. Es lo que necesita TVE. Más narradores de historias que confíen en su espectador, menos caer en ese estigma que 'eso u lo otro' el "público mayor" de la cadena no lo entenderá, lo que coarta que TVE llegue a grandes públicos transversales porque las propias decisiones de la cadena se autolimitan desde la elección de contenidos y su tratamiento.

'Viaje al centro de la tele' evidencia que el público premia a TVE cuando la cadena pública proyecta ese punto de valentía de su historia. Valentía que, a veces, era consciente y, otras, muchas, inconsciente. Ahora da la sensación que, en lo que respecta a la programación de entretenimiento, ni lo uno ni lo otro.

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