ROMPIENDO EL GUION

'Zapeando': la jugada maestra del programa de La Sexta

El veterano formato está incluso actualizando la crónica rosa desde una mirada moderna.

Ana Simon este jueves en 'Zapeando'
Anna Simon este jueves en 'Zapeando'
Borja Terán

La crítica habitual a 'Zapeando' se ha enfocado en que el programa cuenta con un guion muy cerrado. Como pasaba en 'Sé lo que hicisteis', los protagonistas del show leen sus diálogos a cámara para que, de esta manera, el show no sea caótico y atesore un interés narrativo ordenado. Y es que, a veces, un buen guion cerrado permite la mejor improvisación. Y eso es lo que ha logrado con el tiempo 'Zapeando'. Un programa que parece que cuanto más mayor se hace más joven se observa.

Estos días de verano raro, con Anna Simon al frente, el programa acompaña al espectador desde un entretenimiento más relajado que nunca. Su guion medido se va rompiendo con comentarios y pullas cómplices de los colaboradores y la propia presentadora, una de las comunicadoras con más potencial de nuestro país y que, en cambio, no se termina de comprender que no se le haya dado más oportunidades como cabeza de cartel. Si fueran los ochenta, hubiera presentado algún concurso estelar. Lo dijo hace años la propia Mayra Gómez Kemp cuando explicó que Simon era su favorita si 'Un, dos, tres' regresara. Pero ahora seguro que se elegía un hombre para tal cometido, visto el panorama.

Pero ahí está Anna Simon dejando clara, una vez más, su rapidez de reflejos a los mandos de una mesa de 'Zapeando' que se ha convertido en cantera de colaboradores cómplices con su público. El programa logra la sonrisa con la sencillez de hacer sentir al espectador que se cuela en una reunión de amigos. Objetivo que es muy difícil y la tarde de La Sexta lo consigue.

Cristina Pedroche, Miki Nadal, Quique Peinado... a los que se han unido cómicas como Valeria Ros, que es brillante en sus morcillas. Tanto que provoca la necesidad en el público de que suelte todo el rato lo que le está pasando por la cabeza (aunque no venga a cuento) para descolocar al resto. Su gran virtud: hace crecer el guion en directo según las vicisitudes que van surgiendo.

Pero la improvisación necesita, a la vez, una buena réplica. O no fluye. 'Zapeando' es una escuela de replicantes. De Pedroche a Lorena Castell, que  comanda una sección de revistas del corazón que da la vuelta a los dramas tóxicos de la vieja prensa rosa y los actualiza con el relativismo que merecen. Que rompe una pareja famosa tras 24 años juntos, pues Castell celebra que podrán conocer gente nueva y reinventarse antes de que sea demasiado tarde. Fuera dramas. Jugada maestra, deja de reproducir moldes retrógrados del pasado y los actualiza al constructivo prisma de su tiempo. Es otra propia forma de romper con el guion de lo preestablecido. Como el propio 'Zapeando', un programa que ha sabido crecer en las pantallas, de zapear por la tele a la mirada más amplia de utilizar como materia prima el caudal de impactos en las redes sociales. Todo son contenidos audiovisuales. Todo da para reírse de nosotros mismos.

Incluso 'Zapeando' evidencia que el que más tirón tiene como colaborador no siempre es la más celebrity o el que más seguidores suma en su Instagram, como a veces se ha (mal) pensado en las cadenas. La gracia del buen cómico, guionista o comunicador no va unida a los followers, no: va unida al talento. Y el talento se descubre probando y rompiendo burbujas. Valeria Ros, Lorena Castell y sus incontrolables locuras lo demuestran. Están con los pies en la realidad del hoy, resetean una tele que ya no puede vivir de la herencia de lo que tiraba o no en los noventa. Estamos en 2020.

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