OPINION

CDS o la piedra de la Locura

Un cirujano extrae la piedra de la locura. Cuadro de El Bosco.
Un cirujano extrae la piedra de la locura. Cuadro de El Bosco.

Los credit default swaps se han convertido en la piedra de la locura de nuestro tiempo. ¿Saben qué era eso? En la Edad Media se pensaba que la locura se debía a una piedra incrustada en la cabeza de los necios, y para curarles había que extirparles la piedra. Uno de los cuadros más conocidos y estremecedores de El Bosco recrea esa operación quirúrgica.

Pensábamos que eso eran cosas medievales pero nosotros tenemos algunos necios, y parece que están atacados por otra piedra de la locura. Se trata de los CDS, acrónimo de credit default swaps, unos instrumentos financieros que, en principio, estaban diseñados para protegerse de los descalabros inversores.

Un CDS es por tanto un seguro comprado por una persona que ha adquirido una letra del tesoro, un bono de empresa o una obligación. Si el vendedor de ese bono falla por cualquier circunstancia y no puede pagar a tiempo su deuda, el poseedor del CDS no tiene nada que temer porque todo está asegurado: cobrará su bono.

Esos CDS tienen un precio de mercado. Mientras más elevado sea el precio, significa que mayor es el riesgo de impago o default. Lógico: es la misma razón por la cual las compañías de seguros imponen primas más altas para asegurar a los jóvenes menores de 25 años que conducen un bólido de color rojo. Huelen que esos jóvenes se van a pegar un castañazo porque muestran signos evidentes de que les gusta la velocidad y el riesgo. Por esa razón les cobran primas más elevadas.

Los CDS de Grecia también eran más caros porque los aseguradores temían que ese país suspendiera pagos. El problema de los CDS es que también se compran y venden, al igual que se venden hipotecas en paquetes. ¿Y quién quiere comprar seguros? Sencillamente, inversores que sospechan que un país o una empresa va a suspender pagos. Ese es precisamente el lado diabólico de los CDS.

Es decir, si aumenta la avidez por los CDS no es porque un país vaya a suspender pagos, sino porque existen un montón de especuladores que "apuestan" a que ese país o esa empresa va a suspender pagos. Y claro, al aumentar el precio de los CDS, los buenos inversores que compran bonos de Grecia o de la empresa X, se desentienden de ese juego, porque constatan que asegurar sus inversiones es muy caro. No compran bonos griegos, ni el seguro correspondiente.

Y Grecia se queda sin financiación exterior, y corre el riesgo de suspender pagos. Es un círculo monstruoso. ¿Entienden por qué Alemania y Francia quieren prohibir estos instrumentos financieros? Porque sólo los puede haber diseñado un loco o el mismo Diablo. Bueno, en realidad los diseñó a finales de los 90 una matemática británica llamada Blythe Masters, de la que hablo en mi libro "La crisis explicada a sus víctimas". Otro día les contaré más cosas de ella.

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