OPINION

¿Cómo debería responder Mariano Rajoy ante una broma radiofónica?

rajoy radio
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Rajoy ha tenido dos fallos de seguridad en pocas semanas. La primera fue cuando se permitió darse un pequeño baño de multitudes en Galicia y un chico le propinó un puñetazo. Ninguno de los miembros de los equipos de seguridad pudo evitarlo. Creo que esos guardaespaldas fueron trasladados.

La segunda es cuando decidió aceptar una llamada de un supuesto president de la Generalitat de Cataluña, que en realidad era un cómico imitando la voz de Puigdemont. Rajoy cayó en la trampa y cuando le explicaron que era una broma, dijo que eso no era serio. No lo era, claro. Era una broma... a un presidente de gobierno.

La clave de los dos fallos es que Rajoy –como la mayor parte de los polítcos– ha intentado ser accesible.

Cuando un político es accesible puede ser objetivo de una agresión: le pueden golpear, lanzar un objeto o incluso disparar.

Pero en el caso de estas bromas radiofónicas o televisivas, solo la saben esquivar los políticos con capacidad de improvisación. Y Rajoy no sabe nada de eso. No le gustan las ruedas de prensa en los pasillos del congreso porque no sabe responder a preguntas difíciles. Tampoco en la radio y mucho menos improvisar ante unos cómicos radiofónicos.

Si Rajoy se hubiera echado a reír y les hubiera dicho a los cómicos catalanes que esto demuestra lo fácil que es llegar al presidente de Gobierno, estoy seguro que los cómicos habrían alabado su buen humor.

Igual que Bush esquivó una vez un zapatazo, un presidente debe saber como esquivar las situaciones comprometedoras. Una salida ingeniosa le puede reportar mucha popularidad.

Es una de los trucos de comunicación ante las trampas.

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