OPINION

¿Cuánto tiempo tardó el Barcelona en borrar de la camiseta el logo de Qatar?

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Una de las filtraciones masivas de documentos de las embajadas norteamericanas en el mundo tuvo lugar a finales de 2010. Wikileaks filtró cientos de miles de cables de la diplomacia norteamericana. Uno de ellos fechado el 30 de diciembre de 2009 revelaba que Catar (o Qatar) era el país árabe que menos colaboraba en cortar las alas financieras a los grupos terroristas.

Todo lo contrario. Este emporio petrolero era la fuente de financiación de Al Qaeda y de muchos otros grupos terroristas, que luego preparaban atentados.

El cable procedia de la secretaría de Estado de EEUU (su ministerio de Exteriores) y estaba dirigido a los departamentos del Tesoro de Kuwait, Arabia Saudí, Paquistán, Emiratos y, por supuesto, Catar.

El departamento de Estado había creado la Illicit Finance Task Force (IFTF), una Fuerza de Detección de Finanzas Ilícitas con el objetivo de cortar las vías de financiación de los grupos terroristas "que amenazan la estabilidad de Paquistán y de Afganistán, y que tienen como objetivo a los soldados de la coalición". Decía así el teletipo:"A la hora de cooperar con los Estados Unidos contra la financiación del terrorismo, Catar ha adoptado un comportamiento pasivo. El nivel general de cooperación con los Estados Unidos es considerado el peor en la región. Al-Qaida, los talibanes, el UN-1267, LeT, y otros grupos terroristas explotan Catar como una centro de recaudación de fondos. Aunque los servicios de seguridad de Qatar tienen la capacidad de hacer frente a las amenazas directas y, ocasionalmente, han puesto esa capacidad en uso, han sido reacios a actuar contra terroristas conocidos, debido a la preocupación de aparecer alineados con los EEUU y provocar represalias".

Ahora, nos hemos enterado de que Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Egipto y Yemen han roto relaciones con Catar por su presunto "apoyo a varios grupos terroristas y sectarios que tienen como objetivo desestabilizar la región". Las delegaciones diplomáticas catarías han sido invitadas a abandonar esos países.

Parece que es el primer paso de algo serio. Y todo esto sucede semanas después de la visita de Trump a Arabia Saudí, donde pidió a sus aliados que le ayudaran en la lucha contra la financiación del terrorismo islámico.

Los que parece que no se dieron por enterados son los del Barcelona FC. La camiseta que llevan los jugadores está financiada por Catar desde 2012. Los árabes pagaban 30 millones de euros al año a Can Barça por llevar el emblema de su línea aérea. Las vinculaciones de Catar con el terrorismo son conocidas por la prensa española. Ha habido denuncias desde 2012 en La Vanguardia, en el diario.es, en libertaddigital.es y en muchos medios, desde la izquierda a la derecha, desde Cataluña a Cádiz.

Pero el hecho de que varios países árabes hayan roto con Catar ya es un paso muy serio. El Barça ha tardado mucho en cambiar a otro patrocinador. Lo anunció en mayo. Pero su imagen se ha deteriorado durante todos estos años y será difícil recuperarse.

(Que rece el Real Madrid para que Emirates no le salpique).

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